Los españoles, un ejemplo de eficiencia bancaria en Europa
El Popular se mantiene durante los últimos años como la entidad más rentable del mundo
Es conocido que el Banco Popular ha estado durante los últimos años en la cima de las entidades más rentables del mundo. Lo que no es tan sabido es que, además de rentable, el banco dirigido por Fulgencio García Cuéllar es el más eficiente de Europa. Ninguna otra entidad de un tamaño similar o superior, -el Popular tiene un activo de siete billones de pesetas- ha situado el ratio de eficiencia, que es mejor cuanto más reducida es la cifra, en el 39,11%.
Este indicador, que mide lo que gasta la entidad por cada cien unidades que ingresa, es la mitad del que tiene un gigante como el Commerzbank. También deja en mal lugar al Deutsche Bank, la mayor entidad europea por capitalización bursátil, cuya eficiencia es del 73,9%.
Los dos grandes bancos españoles, BSCH y BBVA, tienen peor eficiencia que el Popular, pero se sitúan entre los mejores del continente europeo. Los analistas destacan que este buen posicionamiento en eficiencia se combina con una de las mejores rentabilidades por recursos propios (ROE) del sector. Entre los que superan a los dos gigantes españoles está Lloyds TSB, que cuenta con una eficiencia del 42,7% y un enviadiable ROE del 33,5%.
La prueba de que la desaceleración económica repercute directamente en la necesidad de recortar gastos se ha comprobado en Estados Unidos. Desde finales de 2000 hasta ahora, se calcula que los bancos, principalmente los de inversión, han despedido a más de 10.000 empleados. Los responsables de las entidades afectadas han justificado esta medida diciendo que 'los costes de personal son los que más lastran el beneficio'. Otro de los gigantes, Citigroup, ha asegurado que necesita meter la tijera hasta arañar entre 1.000 y 2.000 millones de dólares de costes, aunque intentará evitar despidos masivos.
Volviendo a Europa, Fortis Bank, en su último informe de banca, ha asegurado que los bancos franceses y alemanes son los más necesitados en adelgazar la estructura de costes. Según este análisis, la implantación de Internet podría hacer que las entidades más ineficientes se planteen abandonar el negocio minorista a través de oficinas -como han declarado el Deutsche y el Dresdner- para buscar los canales más baratos, es decir, la Red.
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