Los regantes rechazan la oferta de Matas porque no reduce el volumen total del trasvase

El presidente de Aragón, el socialista Marcelino Iglesias, fue uno de los primeros en reaccionar: 'No hay contrapropuesta al Plan Hidrológico Nacional. El ministro de Medio Ambiente no reduce ni en un litro la cantidad de agua a trasvasar, sólo modifica algunas concesiones para transferir el mismo volumen'. Para Iglesias, los titubeos del ministro demuestran la fragilidad técnica del proyecto de trasvase. También Cristina Narbona, secretaria de Medio Ambiente del PSOE, declaró que la propuesta de Matas no representa 'ningún cambio real'. El anuncio del ministro es, en su opinión, 'una maniobra absolutamente hueca que quiere dar apariencia de flexibilidad'.

También las plataformas que se oponen al trasvase en las comarcas del Ebro y los alcaldes contrarios al proyecto expresaron su rechazo a la oferta, que ya había sido formulada por Matas en una visita reciente a Cataluña.

Por su parte, las comunidades de regantes del delta del Ebro reiteraron ayer que están dispuestos a ceder como máximo 400 hectómetros cúbicos de agua de sus canales, bajo la condición, además, de que se introduzca en el PHN las obras necesarias para frenar la regresión del delta. Aunque no han sido evaluadas con precisión, estiman el coste de estas obras entre 100.000 y 150.000 millones de pesetas.

Los regantes apoyan las posiciones de CiU en su negociación con Matas. El Gobierno de Jordi Pujol acepta que se trasvasen 1.050 hectómetros cúbicos en total, pero de ellos sólo 200 serían extraídos directamente del caudal del río, a los que habría que sumar 400 del mismo caudal, pero obtenidos de las concesiones de los regantes. Otros 95 procederían de plantas desaladoras y los 350 restantes de un trasvase del Ródano.

En cualquier caso, los regantes ponen condiciones: 'Si las cosas no van como deben ir, nada de nada', declaró ayer Manel Macià, presidente de la comunidad del margen derecho. Joel Bonet, su homólogo del margen izquierdo, aseguró que la cesión de entre 400 y 600 hectómetros cúbicos anuales barajados por el ministro Matas el martes 'suponen demasiada agua'. Los regantes puntualizan que están dispuestos a ceder como máximo los 400 hectómetros cúbicos por año que el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro ya contempla como expropiables o sujetos a revisión.

Los regantes pretenden evitar el proceso de expropiación a cambio de negociar la cesión del agua para el trasvase, pero acompañada de las obras que reclaman, entre ellas la construcción de un pantano de cola al final del río, una compuerta móvil que evitaría la intrusión de agua del mar al río y permitiría reducir la necesidad de aportación de gran cantidad de agua dulce al delta, y la revisión del actual sistema de riego, del que se benefician 9.000 familias dedicadas al cultivo del arroz.

Las concesiones que disfrutan los regantes datan de principios de siglo tras la construcción de los canales y abastecen de agua a un total de 25.000 hectáreas de terreno. La comunidad de la margen izquierda del Ebro es la única que tiene en propiedad el canal, mientras que la de la derecha negocia la compra del que utilizan. En conjunto, las dos comunidades tienen una concesión de 1.500 hectómetros cúbicos al año, 883 para el margen derecho (los 365 días del año) y 788 para el izquierdo (que se recorta durante los meses de invierno). Los restantes 160 hectómetros cúbicos se van al minitrasvase que lleva agua a Tarragona desde 1981.

Los agricultores dejan de requerir abundante agua para el cultivo del arroz durante los meses de invierno, cuando el cultivo obliga al secado y aireado de la tierra. El agua de los canales revierte nuevamente al río. Es precisamente este agua la que los arroceros estarían dispuestos a ceder, aunque advierten de que la cesión sería a precario y condicionada a las obras reclamadas, además de la puesta en servicio de los canales Xerta-Sènia y Aldea-Camarles.