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Entrevista:JUAN COLMENERO | Físico

'Hay que involucrar al sector privado en las tareas de I+D'

El catedrático de Física de la Materia Condensada de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), Juan Colmenero, ha recibido el último Premio Euskadi de Investigación (edición 2000) por sus trabajos experimentales sobre polímeros, un campo con múltiples aplicaciones presentes y futuras. En efecto, los polímeros -macromoléculas naturales o artificiales constituidas por unidades moleculares que se repiten gran número de veces- constituyen la base de los materiales plásticos que se encuentran tanto en la vida cotidiana como en las más avanzadas aplicaciones tecnológicas. Colmenero suma así otro galardón a su carrera, ya que el Parlamento Vasco y la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País le habían premiado anteriormente con el Xabier María de Munibe.

'El gran reto actual es integrar los polímeros en la industria electrónica futura'

Pregunta. ¿En qué consiste la línea de trabajo por la que ha recibido el Premio Euskadi de Investigación?

Respuesta. Combinamos distintas técnicas experimentales y de simulación mediante ordenador para estudiar la dinámica microscópica de materiales poliméricos. El objetivo último es correlacionar la estructura y la movilidad a escala microscópica con las propiedades macroscópicas de los materiales plásticos, por ejemplo mecánicas o dieléctricas, susceptibles de aplicación tecnológica.

P. Un informe especial de The Wall Street Journal afirmaba que los polímeros y las cerámicas son el núcleo central del desarrollo tecnológico futuro. ¿Cuáles son esas aplicaciones futuras?

R. La gran ventaja de estos materiales es, además de la facilidad de procesado industrial, su gran versatilidad y adaptación al diseño a medida para aplicaciones específicas. También se pueden obtener aleaciones miscibles o compatibles de distintos polímeros o bien materiales compuestos. Todas estas posibilidades se combinan con la baja densidad de estos materiales y por lo tanto con la posibilidad de una buena relación peso/propiedades mecánicas. Esto hace que las aplicaciones de los materiales basados en polímeros se extiendan a todos los ámbitos de nuestra vida, desde los más cotidianos hasta las tecnologías más avanzadas.

P. Sin embargo, también tienen sus limitaciones. ¿Cómo se está trabajando para superarlas?

R. Una de las grandes limitaciones de los polímeros es la baja temperatura de utilización, aunque recientemente se han desarrollado nuevos polímeros con temperaturas límite de 300º o 400ºC. Ésta será una de las líneas de investigación y desarrollo futuras. Otro aspecto interesante es el desarrollo de materiales basados en polímeros para aplicaciones muy específicas, como por ejemplo en el campo de la medicina. Sin embargo, quizás podría decirse que el gran reto actual consiste en introducir los materiales poliméricos como componentes activos en la industria electrónica futura. En este sentido, el Premio Nobel de Química de la última edición fue concedido precisamente por trabajos pioneros en esta línea.

P. Usted ha destacado otro de sus proyectos, el que estudia el desarrollo de técnicas de dispersión de neutrones para el estudio de materiales.

R. Estas técnicas son una de las mejores herramientas de las que actualmente disponemos para estudiar la movilidad atómica y molecular en los sólidos en general y, en particular, en los materiales poliméricos. En el caso de los polímeros, además, los neutrones ven de distinta forma (distinta sección eficaz de dispersión) a los átomos de hidrógeno y deuterio. Mediante este procedimiento podemos estudiar de forma separada la dinámica de grupos moleculares dados dentro de un mismo material.

P. Usted junto a Pedro Miguel Etxenike, otro premio Euskadi, pusieron en marcha el Donostia International Physics Center. ¿Qué les motivó a ello?

R. Tradicionalmente la investigación científica en España se ha llevado a cabo en las universidades o en los centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ambas instituciones son organismos oficiales, es decir, basadas en un régimen de funcionariado. En mi opinión, es muy importante involucrar a las instituciones privadas en las tareas de I+D y buscar con imaginación nuevos ámbitos para el desarrollo de la investigación que, aunque relacionados con la universidad, los centros tecnológicos o la empresa, tengan un tratamiento jurídico diferente. Un primer paso en esta dirección ha sido la creación de dicha fundación, intentando imitar a una escala más pequeña instituciones prestigiosas ya existentes como el centro de Física Teórica de Trieste en Italia. Sin embargo, conviene resaltar que esta fundación nace con una clara vocación de relación con la actividad de investigación que se lleva a cabo en distintos departamentos de la Universidad del País Vasco.

P. Otro de los objetivos del Centro es evitar la fuga de cerebros. ¿De qué forma?

R. Por una parte, se deberían crear nuevos centros de investigación no necesariamente ligados al CSIC o a las Universidades. Por otra, no todas las personas que alcanzan un doctorado tienen por qué acabar trabajando en investigación. En otros países de nuestro entorno, como por ejemplo Alemania, la mayoría de los doctores en ciencia son absorbidos por la industria privada y no siempre en puestos de I+D. El empresariado español tiene también que convencerse de que va a necesitar este tipo de personas.

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