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Museveni, seguro de su victoria electoral en Uganda

El líder más valorado por Occidente se arriesga, por primera vez en 15 años, a perder el poder

El presidente de Uganda, Ioweri Museveni, de 54 años, se arriesga a perder el cargo por primera vez en 15 años, desde que derrocó en 1986 al dictador Idi Amin Dadá. Su oponente en las elecciones celebradas el domingo, Kizza Besigye, de 44 años, es un antiguo aliado y médico personal, que ha centrado su campaña en la corrupción, el nepotismo y las consecuencias de la guerra de la República Democrática de Congo (RDC), donde tropas ugandesas sostienen desde agosto de 1998 a dos de las tres guerrillas que combaten al régimen de Kinshasa.

No hay noticias de violencia, aunque sí de intimidación y diversos incidentes aislados. Más de ocho millones y medio de ugandeses, de los diez con derecho a voto, acudieron a las urnas. Los resultados se conocerán mañana a través de la Comisión Electoral.

Museveni, pese a que las encuestas previas predicen un resultado ajustado, está convencido de su victoria en la primera vuelta, para lo que necesita un al menos un 50% de los votos. En las elecciones de 1996, Museveni venció a su contrincante de entonces con el 74%. Uganda, llamada por Winston Churchill la Perla de África, representa uno de los grandes éxitos del continente. Museveni ha logrado pacificar el país, estimular la economía, acabar con los abusos masivos contra los derechos humanos y poner freno al avance del sida. Su régimen sin partidos hasta el año 2000 ha tenido el apoyo del FMI, del Banco Mundial y de EE UU, que lo consideran un modelo.

La guerra de Congo, en la que Museveni está profundamente implicado, ha afectado a la economía nacional, que ya ofrece síntomas de agotamiento, y generado casos de corrupción. A algunos generales y miembros del Gobierno se les acusa de enriquecerse del saqueo de minas, como las de oro de Bunia, cerca de la frontera entre la RDC y Uganda. Esta guerra, y los intereses contrapuestos, ha enfrentado a Museveni con su amigo y antiguo aliado Paul Kagame, presidente de Ruanda, un país que apoya a la tercera y más importante guerrilla que actúa en Congo y cuyas tropas ocupan un territorio 14 veces superior al de Ruanda.

Esta corrupción ha sido la base de la campaña electoral de Besigye, quien ha logrado movilizar a muchos ugandeses durante sus mítines a lo largo de todo el país. Besigye ha acusado a Museveni de utilizar los medios de comunicación estatales en su beneficio, silenciando sus mensajes.

Museveni, en cambio, ha basado su campaña en los logros, sobre todo el de acabar con la inestabilidad del país durante los regímenes dictatoriales de Amin y Milton Obote. Los analistas locales creen que, pese a la excelente campaña de Besigye, Museveni logrará el triunfo; cualquier otro resultado sería una gran sorpresa.

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Una mujer, con su hijo a la espalda, deposita su voto para las elecciones presidenciales ugandesas ayer por la mañana en Kampala.
Una mujer, con su hijo a la espalda, deposita su voto para las elecciones presidenciales ugandesas ayer por la mañana en Kampala.AFP

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