La oferta de autonomía para el Sáhara abre un debate federal en Marruecos
El Gobierno de Rabat estudia dividir el territorio en regiones históricas
En caso de fracaso de esta tercera vía, la ONU retomaría la opción del referéndum. 'Estamos elaborando la respuesta a Kofi Annan', declaró el viernes en El Aaiún el primer ministro marroqui, Abderramán Yussufi, precisando que 'se trata de crear instituciones con unas competencias que aseguren la descentralizacion y permitan a los habitantes de estas provincias dirigir por sí mismos sus propios asuntos, siempre dentro de la soberanía marroquí'.
El proyecto de Estado federal se debate desde 1996, pero aún no ha sido decidido. El difunto rey Hassan II encargó en esa época la elaboración del proyecto a un grupo conocido como G-14, pilotado por el consejero real André Azulay y el tecnócrata Dris Benhima. La lentitud en la elaboración del proyecto es muestra de las profundas divergencias surgidas sobre el mismo.
Acerca de la futura estructura del Estado han emergido tres posturas. El aparato de la seguridad, centrado en el Ministerio del Interior, continúa con la idea de un Estado centralizado, aunque más eficaz y moderno, basado en la estructura tradicional del Majzén, administracion de los sultanes. Para el Majzén, 'la pertenencia a Marruecos del Sáhara es un hecho irreversible', y la única política posible es la de ofrecer el perdón a los saharauis de Tinduf según la divisa de 'la patria clemente y misericordiosa' preconizada por Hassan II. El ministro del Interior actual, Ahmed Midaui, ha declarado en la televisión que el asunto del Sáhara está cerrado y que 'ni hay tercera, ni cuarta vía'.
Proyecto autonómico
Otros sectores del poder, en particular el primer ministro Yussufi, son partidarios de una regionalización real, de un 'proyecto autonómico' que permita avanzar en la autogestión socioeconómica descentralizada. Un proyecto de Estado federal impuesto desde arriba y en el que 'la monarquía sea el cemento aglutinador de la nación'.
En la misma óptica, pero en base a una intervención directa desde abajo, se pronuncian importantes intelectuales y políticos, como el alcalde de El Aaiún, Hali Hana Uld Rachid, y el director del semanario Le Journal, Abubakar Yamai, quien ha criticado la actitud 'secretista' del régimen en la elaboración de la respuesta a la ONU, y ha reclamado que sean consultados 'al menos los jefes de los partidos y los diputados' ante el proyecto de 'reestructuración institucional del país'.
Este fin de semana ha surgido en Rabat el primer partido marroquí de estructura federal, el Movimiento de los Socialistas Demócratas, de centro-izquierda, liderado por Abdelhamid Beyuki, quien pretende inspirarse de la experiencia española de la transición hacia un nuevo modelo estatal.
'La experiencia española es un ejemplo, pero no es el único', dijo Yussufi en El Aaiún. De hecho, uno de los proyectos de Estado federal que circulan en el poder marroquí pretende dividir el país en seis u ocho regiones históricas, según sus bases étnico-culturales (una de ellas, el Sáhara) cada una de las cuales poseería un Parlamento autónomo elegido por sufragio universal y dispondría de prerrogativas para autogobernarse en materia económica, social, cultural y administrativa.
En la cúpula del Estado estaría el rey, rodeado de un restringido equipo de superministros de soberanía, encargados de la defensa, la seguridad y los grandes temas que afectan al conjunto del Estado.
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