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Los Verdes de Alemania cierran filas con una nueva política agraria

Con una armonía impensable hace algunos años y un arrollador entusiasmo por los planes de reorientación de la política agraria presentados por Renate Künast, la ecologista que desde hace dos meses está al frente del nuevo Ministerio de Protección a los Consumidores y Agricultura, el partido de Los Verdes de Alemania clausuró ayer en Stuttgart su congreso anual.

Gracias a su desparpajo, Künast figura ya entre los políticos más populares de Alemania, lo que podría redundar en votos para su partido en las elecciones regionales en Baden-Wurttemberg y Renania-Palatinado, que se celebrarán el próximo 25 de marzo.

Künast esbozó ayer los pasos para impulsar una agricultura más acorde con el medio ambiente que evite crisis como la de las vacas locas: introducir sellos de calidad ecológicos, prohibir los antibióticos como parte integral de los piensos y desincentivar las explotaciones intensivas, para, en vez de ello, premiar a la agricultura que mantenga el espacio rural.

'No os ilusionéis con mi popularidad', advirtió al mismo tiempo la ministra, quien resaltó que éstos y otros cambios no se lograrán de la noche a la mañana y, de todas formas, tendrán que ser concertados con la Comisión Europea.

El mayor contrincante de Künast, Gerd Sonnleitner, presidente de la tradicionalista Federación Alemana de Agricultores (DBV), instó a los verdes a dejar de filosofar y poner manos a la obra.

En lo que puede ser un intento de quitar protagonismo a un congreso que dominó la información nacional del fin de semana, también los socialdemócratas criticaron ásperamente dos resoluciones, aprobadas por una exigua mayoría de los cerca de 750 delegados.

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Ley de Asilo

El ministro de Interior, Otto Schily, definió como 'una simple y llana tontería' el llamamiento ecologista a reintroducir las garantías constitucionales de la Ley de Asilo, restringida a inicios de los años noventa, mientras que otro socialdemócrata, el jefe del grupo parlamentario, Peter Struck, calificó de 'recaída en el activismo izquierdista' una resolución que obligará a futuros ministros ecologistas a renunciar a su escaño parlamentario.

Las relaciones entre Los Verdes y los socialdemócratas, socios en la coalición gubernamental de Berlín, se han enrarecido en los últimos días a raíz de la insistencia de los ecologistas de mantener el impuesto sobre el consumo energético, la ecotasa, más allá de 2003.

Aunque pocos duden de la sensatez de este tributo -cuyos ingresos por ahora se destinan al sistema de pensiones-, los socialdemócratas temen un castigo electoral en los próximos comicios regionales de mantenerse estos planes. Ya el año pasado, la ecotasa, que cuenta con pocos partidarios entre los automovilistas, fue escogida como caballo de batalla político por la Unión Cristiana Democrática (CDU).

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