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Reportaje:

Una fusión que divide

Los presidentes de El Monte y Caja San Fernando sacan adelante su proyecto de unión contra el criterio de la Junta, que ve peligrar su objetivo de una gran caja andaluza

Alejandro Bolaños

Dos viejos militantes socialistas han dejado en agua de borrajas lo que el presidente de la Junta de Andalucía y secretario regional del PSOE, Manuel Chaves, tildó de 'cuestión de Estado' para la comunidad autónoma. En febrero de 1999, Chaves anunció su intención de dar un 'impulso político' a la integración de las seis cajas de ahorros de la comunidad para alcanzar una 'sola caja de ahorros andaluza, potente y bien dimensionada'. Dos años después, Isidoro Beneroso, presidente de El Monte, y Juan Manuel López Benjumea, presidente de Caja San Fernando (medio siglo de carné socialista entre los dos), están a punto de culminar la fusión de las dos entidades con sede social en Sevilla. El presidente de la Junta no ha tenido más remedio que saludarla como 'paso intermedio hacia la gran caja'. Pero su consejera de Economía, Magdalena Álvarez, ha vuelto a repetir la misma opinión que tenía sobre esta operación hace dos años: 'No aporta nada y aborta la posibilidad de la caja única'.

Según Magdalena Álvarez, consejera de Economía, la operación 'no aporta nada y aborta una posible caja única'
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Los Consejos de Administración de El Monte y Caja San Fernando facultaron el pasado martes a sus presidentes para 'iniciar y configurar un proyecto de fusión en el más breve plazo posible'. No fue ninguna sorpresa. De hecho, la intención de Beneroso y López Benjumea es un secreto a voces desde hace dos años. Además de la discreción, los presidentes de las dos cajas sevillanas también se han saltado otra máxima de obligado cumplimiento en el sistema financiero: asegurarse el respaldo de la Administración. Desde el principio, la operación contó con el rechazo del Gobierno andaluz, pero Beneroso y López Benjumea han recabado una catarata de apoyos que ha vencido todas las resistencias.

El proyecto de 'caja única' anunciado por Chaves y auspiciado por la consejera de Economía no preveía la unión de las cajas sevillanas. La Junta quería dar 'impulso político' a una integración a seis bandas en la que Unicaja, la entidad más grande de la región con sede en Málaga, estaba llamada a desempeñar un papel protagonista. Lo del 'impulso político' no era baladí: los presidentes de Unicaja, El Monte, Caja San Fernando, La General de Granada y Caja de Jaén son socialistas y en estas entidades los consejeros elegidos por el PSOE forman grupos mayoritarios. La excepción corresponde a CajaSur, dirigida por el cabildo catedralicio de Córdoba.

Respetando 'la autonomía de las cajas', Chaves pretendía fortalecer el sistema financiero andaluz (la mitad de los ocho billones de ahorros depositados en la región son gestionados por estas seis entidades) y, de paso, propiciar la creación de una gran caja sensible a las necesidades de inversión de la comunidad.

La primera en caerse del proyecto fue CajaSur. La propuesta de Chaves coincidió con la tramitación parlamentaria de la Ley andaluza de Cajas (aprobada en diciembre de 1999), que elimina los privilegios de la Iglesia católica en CajaSur. Esta parte de la ley fue recurrida al Constitucional por el Gobierno central y la entidad cordobesa quedó fuera de juego.

En la aplicación de la Ley también surgieron problemas. Y ahí fue donde los presidentes de El Monte y San Fernando hicieron su primera demostración de fuerza en la batalla que acababan de iniciar con la Consejería de Economía. En junio pasado, las asambleas de las dos cajas sevillanas rechazaron adaptar sus estatutos a la nueva ley, que marcaba la renovación de los cargos en seis meses. Beneroso y López Benjumea no sólo demostraron que controlaban sus órganos de gobierno, a pesar de su mayoritaria adscripción socialista. También empezaron a atar otros apoyos igual de relevantes.

Economía, que atribuye el proyecto de unión al deseo de Beneroso y López Benjumea de mantenerse en el sillón, rechaza esta fusión por considerar que sus costes laborales podrían ser elevados (al coincidir físicamente varias de sus oficinas) y porque supondría 'una concentración de riesgos', toda vez que El Monte y San Fernando se han embarcado en aventuras inmobiliarias de dudoso fin. Además, la nueva caja alcanzaría una dimensión similar a la de Unicaja, lo que supondría la coexistencia de dos grandes entidades andaluzas con sede en Sevilla y Málaga. Un caldo de cultivo ideal para el renacimiento de los localismos en dos ciudades que se disputan la capitalidad económica de la región. Un escenario, por tanto, hostil a la integración total.

Durante estos últimos meses, Beneroso y López Benjumea han sabido usar esos argumentos localistas y la influencia que se le supone al principal poder financiero en Sevilla, Huelva y Cádiz para ganarse a su causa primero a las asociaciones empresariales, luego a los Ayuntamientos y finalmente a las agrupaciones locales de los partidos (incluido el influyente PSOE de Sevilla).

Estos apoyos hicieron ver a Chaves que la fusión era inminente y que los presidentes podían contar con el respaldo suficiente en sus órganos de gobierno para sacarlo adelante, por lo que hace un mes anunciaron un cambio de rumbo, aun a costa de desautorizar a la consejera de Economía: sí a la unión, siempre que los presidentes pusieran en marcha el proceso de renovación de cargos suspendido desde junio. Y Beneroso y López Benjumea accedieron.

Los Consejos de Administración del pasado martes escenificaron la puesta en marcha del pacto de última hora. Beneroso y López Benjumea, quienes no ocultan su intención de copresidir la nueva entidad, quieren presentar a la asamblea su proyecto de fusión antes de dos meses. Entonces, la operación debe recibir el visto bueno de la Junta, que puede demorarse hasta un año. Si la autorización se alarga, los presidentes tendrían que presentarse a la reelección. Pero Beneroso y López Benjumea confían en sus informes jurídicos (que aseguran que el reloj electoral se parará cuando las asambleas aprueben el proyecto) y en el apoyo recabado para seguir en sus puestos.

La continuidad de los presidentes es aún una incógnita, pero la integración de El Monte y San Fernando es imparable. Una realidad que ha obligado a la Junta a improvisar una nueva estrategia para diseñar un mapa financiero más proclive a la gran caja. Ahora, Chaves alienta la unión de Unicaja, La General y Caja de Jaén para crear una entidad claramente predominante en la región que pueda volver a tirar del carro de la caja única. Pero esta solución de emergencia ya ha sido rechazada por La General de Granada, que teme que Málaga acapare la nueva entidad. Y el proyecto de Chaves vuelve a perderse en el mar de los intereses locales.

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