'Somos el centro de Cataluña'

Clamaron desde el escenario: 'Cuando las tierras del Ebro dan una patada en el suelo, ¿quién se cae?'. La respuesta no tardó en llegar desde las 300 personas que abarrotaban el casal de Benissanet (Ribera d'Ebre): '¡Ellos!'. Nadie explicó quiénes eran ellos, pero todo el mundo lo sabía: los políticos de Barcelona, de Madrid, de Tarragona. Los ideólogos del PHN, del Mapa Eólico y los que apoyaron el proyecto de la construcción de la central térmica de Enron en Móra la Nova. Los agresores. Ellos cayeron ayer (al menos los de Barcelona), y la gente, en Benissanet, tenía muchas ganas de aplaudir: 'Hemos dejado de ser el culo de Cataluña. ¡Somos el centro de Cataluña!'.

Con la euforia de la retirada de Enron, que la propia empresa hacía oficial en un comunicado de última hora tras las votaciones en el Parlament contrarias al proyecto, la población de las tierras del Ebro volvió a sentirse ayer, al menos por un mometno, 'centro', un sentimiento perdido (y nunca reencontrado) en el siglo XIX, cuando el ferrocarril sustituyó a la navegación fluvial y la zona perdió su hegemonía económica, política y cultural.

'No la harán [Enron]', 'no lo tocarán [el río]', 'no las tocarán [las montañas]'. Los miembros más destacados y beligerantes de la plataforma en defensa de la Ribera d'Ebre recibieron el pasado jueves por la noche un baño de aplausos en Benissanet. Una fiesta improvisada, convocada a última hora al conocerse las votaciones en el Parlament contrarias a lo que las plataformas ciudadanas consideran como 'agresiones al territorio' (PHN, Mapa Eólico y Enron).

Había sido un día memorable. Por la mañana habían tenido una reunión con el conseller en cap, Artur Mas. 'Le hemos hecho ver que si los que estaban a favor de la Enron habían recogido 2.115 firmas, nosotros habíamos presentado más de 4.000 alegaciones', explicaron en la fiesta, entre aplausos y gritos en los que se pedía la dimisión del consejero de Medio Ambiente, Felip Puig, y del alcalde de Móra la Nova, Joan Sabanza. Luego había llegado un comunicado de la empresa norteamericana que ofrecía reducir a la mitad los 1.600 megavatios proyectados en Móra. Después, la votación en el Parlament: 'Hoy ha quedado demostrado quiénes son los farsantes', gritó uno de los miembros de la plataforma en alusión a las declaraciones del consejero de Política Territorial, Pere Macias; 'nunca nos dejaremos pasar por la piedra como han intentado hacer'. Finalmente, llegó la retirada del plan por parte de Enron, '¿qué es Enron?; ¿alguien lo sabe?, nadie, porque ya no la harán', tronaban los altavoces.

La fiesta culminaba cerca de un año de asambleas pueblo a pueblo, para alertar a la población de que la planta de Enron, la segunda central térmica de ciclo combinado más grande de Europa, iba a ser muy contaminante. Dejaban atrás la manifestación de 25.000 personas en 'las Moras', y la de 200.000 en Barcelona. Pero aún queda un gran reto: la próxima manifestación con el Plan Hidrológico, el domingo, en Madrid.