Los socialistas se divierten con los errores del PP en el Congreso
Los populares se distrajeron protestando por la intervención de un parlamentario socialista
El PSOE comenzó a defender su enmienda a la totalidad consciente de que sería 'derrotada' por la mayoría absoluta del PP y los votos de los nacionalistas catalanes, vascos y canarios. El portavoz socialista de Justicia e Interior, Victorino Mayoral, subió a la tribuna y lo primero que se llevó fue un calambrazo. 'Perdón, señora presidenta, pero este cacharro que tengo aquí delante da unos calambrazos de primera', se quejó Mayoral.
La presidenta, Luisa Fernanda Rudi, le contestó: 'Es la primera noticia que la presidencia tiene' y, a modo de premonición, agregó: 'Le puedo asegurar que no hay ninguna trampa en la tribuna'.
Mayoral contestó a Mariano Rajoy, que ayer defendía en el Congreso su primera ley como ministro del Interior, y a la diputada Ana Torme. El socialista reprochó a la popular su 'falta de rigor' y su 'canto impresentable al proyecto del Gobierno'. Fue entonces cuando soltó la frase de la discordia: 'No se puede tener esa posición de colegio de monjas'.
En ese momento se desató una tormenta de impredecibles consecuencias. De los escaños ocupados por el Grupo Popular irrumpió un sonoro pataleo. Varios de sus diputados, entre ellos Francisco Antonio González Pérez y Gabriel Cisneros, acusaron de 'machista' e 'impresentable' a Mayoral.
En medio de un estruendoso alboroto, la presidenta pidió al diputado que 'aclarara su frase' y más, precisó, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Mayoral la retiró y pidió disculpas por su 'exceso retórico' que atribuyó a 'un cierto acaloramiento'.
No fue suficiente. El jaleo continuó entre reconvenciones de la presidenta y peticiones de palabra por parte de los afectados (Torme y Mayoral) y del portavoz del PSOE, Jesús Caldera.
Después de dar la palabra a Torme, que recordó también la conmemoración del 8 de marzo, Rudi quiso hacer buena su frase de que 'desde la presidencia se dirige el debate' y anunció: 'Vamos a proceder a la votación'. Acto seguido leyó el enunciado a votar: la enmienda de totalidad socialista.
Pero tras la frase 'comienza la votación', todo fue confusión, especialmente al ver que de los 275 votos emitidos, 122 fueron a favor de la enmienda del PSOE, 119, en contra y 34 se abstuvieron. Tras un prolongado silencio y con el gesto demudado, Rudi proclamó: 'Queda aprobada la enmienda de devolución', lo que levantó un entusiasta 'muy bien' de los socialistas.
La enmienda del PSOE cosechó 30 votos del PP, incluido el de la vicepresidenta Soledad Becerril y de diputados con tanta experiencia como Andrés Ollero, y 24 abstenciones de ese grupo, incluidas las de los ministros Cristóbal Montoro y Francisco Álvarez Cascos. La algarabía, en la que participaba activamente Manuel Núñez, encargado de indicar el sentido del voto de su grupo, propició la votación en arco iris de los escaños del PP.
El Gobierno no se arredró. El vicepresidente Rajoy anunció que hoy mismo el Consejo de Ministros volverá a aprobar el proyecto de ley para enviarlo a la Cámara.
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