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Reportaje:

Una morgue sin cadáveres

Familiares de las víctimas del puente hundido en Portugal denuncian el atraso que sufre el interior del país

El centro forense y de asistencia a los familiares de las víctimas, instalado desde hace tres días en el polideportivo de Castelo de Paiva, a la espera de los cadáveres que reposan en el río, muestra a juicio de muchos de los presentes la paradoja entre el desarrollo de Lisboa, Oporto y las localidades costeras frente al atraso del interior. El alcalde de esta población, Paulo Teixeira, solicitó ayer al Gobierno inversiones y ayuda exterior para mejorar las infraestructuras y el desarrollo de la zona.

El presidente del Instituto Nacional de Medicina Legal, Duarte Nuno Vieira, explicó ayer que un grupo de unas quince personas espera desde hace tres días la llegada de los cadáveres rescatados del Duero para proceder a su autopsia con tres equipos que trabajarían sin descanso para acabar con la agonía de las familias. Desgraciadamente, el temporal de lluvia y las fuertes corrientes del Duero han impedido, hasta el momento, que los servicios de socorro hayan localizado los vehículos que cayeron a las aguas. Sólo el cadáver de una mujer fue descubierto en una de las orillas del río el primer día.

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La concejal de Castelo de Paiva, la farmacéutica Lourdes Branco, explica que la situación de la zona es una lástima: "Las carreteras son propias del Tercer Mundo, llenas de baches, estrechas y sin las mínimas condiciones de seguridad; la circulación es peligrosísima y todo ello provoca que la gente eluda la zona. Estas comarcas son muy ricas, pero están abandonadas. Aquí tenemos fábricas de calzado, maderas, agricultura y excelentes atractivos turísticos. Sin embargo, las infraestructuras dejan mucho que desear". Y pone un ejemplo: "Yo soy farmacéutica y, a la vista de la carencia de hospitales en la zona, decidí abrir una pequeña consulta médica. Un tercio de la población de Castelo no tiene médico de familia y debe trasladarse al otro lado del río, ahora imposible, o a un hospital a 30 kilómetros de distancia, lo que supone, como mínimo, más de una hora de tránsito. Los especialistas que venían de Oporto ya no quieren. Tardan casi dos horas en cubrir 50 kilómetros. Por eso estamos pidiendo médicos españoles. Lo mismo ocurre con las empresas que quieren invertir aquí, pero....".

Diversos familiares de las víctimas se quejan del abandono de la zona y, en general, de todo el interior del país. "Aquí sólo han muerto los pobres; los ricos no están aquí", decía ayer Guilherme Albes, quien perdió a sus padres en el siniestro. El columnista del diario Público, António Barreto, explicaba recientemente que en estos momentos de lluvia, Portugal, un país de sol, "mostraba toda su fragilidad (...) la modernidad superficial no sustituye a la pobreza estructural".

El alcalde de Castelo de Paiva, Paulo Teixeira, solicitó ayuda urgente al Gobierno para mejorar las infraestructuras y el desarrollo de la comarca. Teixeira explicó que esa mañana (por ayer) había recibido la solidaridad del primer ministro, António Guterres, para mejorar ese atraso.

Por su parte, el primer ministro hizo público ayer un comunicado oficial en el que explicó que el Gobierno había solicitado ayuda internacional, a través del Ministerio de Defensa, para contactar a los aliados de la OTAN con el fin de localizar todos los medios posibles para mejorar la búsqueda de las víctimas. Guterres explicó que, hasta el momento, no se habían encontrado medios más eficaces para estas labores y expresó toda su confianza en los responsables de las operaciones de búsqueda "en condiciones totalmente adversas".

[El Ministerio de Medio Ambiente español, a petición de Portugal, ordenó ayer el cierre durante unas veinte horas de los embalses de Ricobayo (Zamora) y Almendra (entre Zamora y Salamanca), para facilitar la búsqueda de las víctimas del accidente.]

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