Críticas al PP catalán por pedir la promoción de la enseñanza de la religión católica

Dirigentes del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) y de Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V) mostraron ayer su indignación por la actitud del PP de Cataluña, que ha reclamado al Gobierno de Jordi Pujol que actúe para que la enseñanza de la religión católica no se vea desplazada por otras confesiones en la escuela pública. El diputado autonómico socialista Joan Ferran reivindicó una enseñanza laica, mientras que el portavoz de IC-V en el Parlamento catalán, Joan Boada, consideró que la propuesta supone un 'atentado a la Constitución' y un retorno del 'nacionalcatolicismo'.

La proposición no de ley del PP catalán fue presentada el mes pasado con el aval del máximo líder de los conservadores catalanes, Alberto Fernández Díaz, que es uno de los firmantes. El texto actualmente se encuentra en la fase de recepción de enmiendas. 'El Gobierno de la Generalitat debería velar para que la enseñanza de otras religiones, la demanda de las cuales no llega al 0,5% de los alumnos, no desplace la enseñanza de la católica', escribe el PP en la exposición de motivos de la proposición.

'Estímulo del miedo'

Joan Ferran consideró que la iniciativa del PP forma parte de los 'mecanismos de estímulo del miedo' que en su opinión utiliza la derecha y que puede generar una actitud contraria de los ciudadanos ante fenómenos como la inmigración. En opinión del diputado socialista, la izquierda debe responder a este tipo de posiciones reafirmando 'los valores laicos del Estado'.

Por su parte, Boada recordó que la Constitución prevé un Estado no confesional y pidió al Gobierno catalán que no satisfaga esta demanda del PP, porque la religión, dijo, es 'un elemento más de la cultura y no un elemento clave'. 'La doctrina católica se puede enseñar en las iglesias, pero no imponer', añadió, y consideró 'exagerada' la enseñanza del catolicismo en las escuelas en comparación con la de otras religiones 'importantes desde el punto de vista cultural'. Boada advirtió que el PP anhela un regreso al nacionalcatolicismo.

La iniciativa tampoco ha sido bien recibida por la Generalitat, que considera que el responsable de la reducción de la demanda de clases de religión en la escuela pública es precisamente el Gobierno central. De hecho, el Gobierno de José María Aznar no ha anulado el decreto aprobado en la última etapa del Ejecutivo socialista que sustituyó la asignatura de ética por una serie de actividades culturales y lúdicas de libre opción para los alumnos.

Los populares justifican la proposición por la demanda de los padres y porque en su opinión la posibilidad de estudiar la religión católica 'ha desaparecido' de muchas escuelas públicas.