Inmigrantes ecuatorianos acogidos al plan del Gobierno tienen problemas para regresar

El 19 de febrero partió de Madrid el primer grupo de inmigrantes que habían aceptado la 'oferta' del Gobierno español para viajar a su país y regularizar allí su situación. Oficialmente, salieron de Barajas 50, pero sólo llegaron a Quito 48. El misterio radica en que dos de los apuntados debieron arrepentirse en el último momento y no aparecieron por el aeropuerto.

Todos llevaban billetes con la vuelta pagada. Este detalle contribuyó a suavizar las dudas que albergaban acerca de las intenciones del Gobierno con respecto al proceso. Pero el pasaje de vuelta no parece ser un salvoconducto. Al menos, no en todos los casos.

La veintena de personas que esperaba ayer en las afueras de la Oficina Especial de Visado de la Embajada española en Quito teme que sus papeles para el retorno tarden más tiempo que el previsto.

Por lo que pueda suceder, Mónica Silva, de 33 años, ha empezado a buscar trabajo. Y, mientras espera en los alrededores de la sede diplomática, hojea los anuncios de empleo en un periódico. Decidió acogerse al plan de repatriación porque sin trabajo 'no podía quedarme ni un día más' en Madrid, donde cuidaba a un niño. No tiene oferta de empleo. Asegura que cuando se inscribió le dijeron que no era preciso contar con una. No la informaron de que, por esa razón, no estaría entre las primeras de la lista.

Wilson Ordóñez, de 28 años, albañil de oficio, se inscribió el 9 de febrero. Tomó el primer vuelo con la esperanza de que el trámite de regularización, que inició hace varios meses, se agilizaría en Quito gracias al plan. Pero los días han pasado y aún no ha sido convocado. Su caso es complicado, cree Ordóñez, pues en los papeles que presentó no aparecen los datos de su nuevo jefe, en Alicante, y si llaman al anterior dirá que no le conoce.

Algunos inmigrantes, entre ellos Wilson Eduardo Cuesta Albán, han decidido pagarse el billete de avión para el retorno. Pensó que obtener los papeles en Quito sería sencillo. Pero, en su caso, quizá hubiera sido mejor esperar en España. Le han dicho que, en vista de que tiene un hijo de dos años, podría apelar razones humanitarias para regularizarse. 'No sé que hacer. No sé si debo volver o debo esperar aquí. Y si espero, ¿hasta cuándo?'.

Marco Erazo llegó en el segundo vuelo con una oferta de Presto Empleo, una empresa de trabajo temporal (ETT). Ahora se ha enterado de que no le sirve de nada. Trabajaba en San Javier, en Murcia, donde le esperan su mujer y sus tres hijos. 'Parece que aquí se escoge a la gente', dice Rosario Espinosa, quien tampoco ha empezado los trámites de regularización, pese a que llegó en el primer vuelo, procedente de Los Alcázares, en Murcia.

Ayer todo estaba listo para el retorno de los primeros 77 ecuatorianos que lograron regularizar su situación, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores. El segundo viaje a España está previsto para mediados de este mes.

Por otra parte, tres representantes de la Confederación de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) han llegado a Quito para ofrecer 5.000 contratos de seis meses a trabajadores que se hayan acogido al plan, con la garantía de que si regresan como temporeros, durante cuatro años consecutivos podrán conseguir un permiso de residencia y de trabajo en España. Han anunciado que dentro de diez días esta organización abrirá una oficina en la ciudad.