Nueva colección de filosofía para 'profanos con ganas de pensar'

El título de la colección, Filosofía para profanos, lo dice todo. Se trata de un conjunto de 10 libros, publicados por Tàndem Edicions en catalán y castellano, de los que de momento han salido dos: El deseo según Gilles Deleuze y La sexualidad según Michel Foucault. Los autores son Maite Larrauri, profesora de Filosofía en un instituto, de quien partió la idea, y el ilustrador Max.

Los libros, presentados en Barcelona por el publicista Lluís Bassat y el músico Pau Riba, no tienen como objetivo 'contar la vida y milagros de un autor determinado ni resumir su obra', según Larrauri, porque esto 'no supondría ninguna gratificación para el lector'. Al contrario, su propósito es 'ayudarle a pensar'. De ahí, continuó, la elección de Deleuze como primer autor a tratar, puesto que él hablaba de una 'filosofía pop' que lleva al lector a 'mover los pies del pensamiento' de la misma manera que se reacciona, por ejemplo, con la música.

La colección parte de un seminario que Larrauri impartió a un grupo de mujeres en Valencia. Aunque también tiene mucho que ver su experiencia como enseñante. 'La filosofía se ha desviado, a lo largo del siglo XX, al ámbito de la academia, pero no siempre ha sido así', afirmó la autora. 'A mucha gente le gusta, como a mí, meditar, pero soy consciente de la dificultad intrínseca de los textos filosóficos. Quizá es el momento de inventar otro tipo de libros', añadió.

Dibujos de Max

Larrauri atribuyó esta dificultad a que 'cada filosofía, en la medida que es una invención, trata de pensar lo que no había sido pensado con anterioridad, lo que exige un desplazamiento en el sentido de las palabras' y explicó que cada uno de los libros trata de desarrollar algunos de los conceptos creados por cada filósofo. Citas textuales de los autores y las ilustraciones de Max, concebidas a modo de historieta, completan el contenido de los libros.

Max, autor del personaje de cómic Peter Punk, afirmó que aceptó el encargo 'con una curiosidad extrema y como profano en filosofía'. Contó que, una vez hubo leído las citas que tenía que ilustrar, estuvo un mes 'sin encontrar el hilo porque los textos filosóficos hablan de conceptos y, en cambio, el dibujo se agarra a lo concreto'. El ilustrador iba detrás de una imagen hasta que se dio cuenta de que 'los textos estaban pidiendo secuencias narrativas'.

Con este trabajo, Max se encontró con que no tenía la sensación de estar 'traicionando o rompiendo la magia' de un texto, como dijo que le sucede a menudo con las ilustraciones para libros infantiles: 'Los textos filosóficos nos permiten delirar un poco porque son más abstractos'.

A continuación de los títulos sobre los dos filósofos, Larrauri tiene pensado dedicar textos a Hannah Arendt, Spinoza, Nietzsche y Séneca, entre otros. Son, afirmó, los autores que más le gustan y que lleva 'en el corazón'.