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Entrevista:ALICIA DE MIGUEL | CONSEJERA DEL PORTAVOZ DEL CONSELL

'No me interesa 'Tómbola'

Esta médico especialista en hematología nacida en Valencia en 1956 dejó su oficio y el Centro de Transfusión por el Consell. No tiene aspiraciones políticas, aunque su nombre está en el bombo de la sucesión, y sólo se considera una privilegiada por formar parte del Gobierno

Miquel Alberola

Pregunta. ¿Fue determinante haber sido directora del Centro de Transfusión para asumir un cargo tan sanguinario como el suyo?

Respuesta. En el Centro de Transfusiones tuve una intensa y magnífica relación con los medios de comunicación, que se volcaban muchísimo en la donación de sangre. Aunque no sé si eso influyó.

P. ¿Es peor esto que un hospital?

R. Ni mucho menos. El hospital es una escuela de la vida tremendamente dura...

P. En la política también muere mucha gente.

R. Sí, pero no muere de verdad. El hospital ha sido una experiencia muy gratificante, pero es muy duro ver siempre la muerte, el dolor y tanta gente que sufre y a la que quieres ayudar sin poder hacer nada más.

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P. Aparte de informar sobre lo que hace el Gobierno, la consejera portavoz ¿qué hace? ¿Intoxica, filtra...?

R. Qué vaaa. La verdad y nada más que la verdad. El objetivo fundamental es dar a conocer las políticas y actuaciones que hace el Gobierno por y para los ciudadanos. No siempre es sencillo y siempre me parece que todo se puede hacer mejor. Le echo muchas horas y le pongo mucha pasión, con transparencia, honradez y coherencia.

P. Usted dice que no tiene aspiraciones políticas, pero ¿ser portavoz no es hacer política sin asumir los riesgos de la política?

R. ¿Le parece poco riesgo que me partan la cara? El portavoz pone la cara para lo bueno y para lo malo. Lo asumo con naturalidad.

P. ¿El Consell tiene buenas relaciones con la prensa?

R. ¡Yo creo que excelentes! Lo que pasa es que no es una relación sencilla. Ni debe serlo, porque de lo contrario no sería muy sensato.

P. ¿Y la prensa con el Consell?

R. Mi percepción es que sí, aunque siempre hay una prensa con la que no estoy de acuerdo porque sus planteamientos no responden a la realidad. Les mueve el rencor y usted ya sabe a quiénes me refiero. Pero la prensa normal, muy bien.

P. En el gremio cunde la sensación de que el presidente tiene un trato diferente con los periodistas de Madrid que con los valencianos.

R. No, el presidente siempre tiene el mismo trato afable y abierto con casi todos los medios. Salvo con los que no quieren tenerlo.

P. Desde la llegada del PP al Palau de la Generalitat gran parte de los directivos de los medios valencianos han sido reemplazados. ¿Es sólo una coincidencia?

R. Bien, los medios son empresas que toman sus propias decisiones. No osaría en ningún momento pensar que esas circunstancias se deban a otra cosa que a la marcha de las empresas.

P. Canal 9 se ha endeudado con 15.000 millones de pesetas más. ¿Es un pozo sin fondo?

R. Es una muy buena tele en general con una importante aceptación social. Los informativos son unánimemente aplaudidos y vistos por los valencianos. Es una televisión pública y hay, ahora mismo, un debate planteado sobre qué hacer con ellas. Es importante que se debata para llegar a una conclusión consensuada y que sea útil a la sociedad. Lo que está en discusión es el tipo de gestión, y si hubiera que cambiar el modelo, pues se cambia.

P. ¿Es posible que la televisión pública deje de estar al servicio de quien manda?

R. No creo que sea así. Si salen más los que están gobernando, también es lógico por sus actuaciones públicas y políticas. Sería muy raro que fuera al revés.

P. ¿Le gusta Tómbola, consejera portavoz?

R. Fíjese, yo soy muy rara: de la tele me gustan sobre todo las pelis y los noticieros...

P. ¿El parte de Canal 9?

R. No, el magnífico noticiario de Canal 9, y también el de otras cadenas. Y luego, los programas de preguntas y respuestas. El resto de programas los veo poco. Tómbola no lo he visto nunca seguido, no me interesa.

P. ¿Habría que seguir el ejemplo de Telemadrid?

R. Telemadrid ha emitido durante mucho tiempo Tómbola sin que le causara ningún problema. Entiendo que si ahora suprime el programa se debe a un cambio en la dirección de la cadena. Tanto RTVV como Canal 9 tienen sus órganos de gestión y dirección que deciden su programación, independientemente de lo que digan otros.

P. ¿Le interesaba la política antes de vivir de ella?

R. Siempre me ha interesado. Viví la transición con pasión.

P. ¿Fue roja como Piqué?

R. No milité en ningún partido de izquierda, pero en mi casa me enseñaron que una dictadura no tenía sentido y que la democracia era fundamental, así como las libertades y el respeto a las ideas de los demás. Nunca milité, aunque tenía amigos de muchas tendencias en la Universidad y a veces les ayudé a pintar carteles para las manifestaciones.

P. ¿Ahora es de derechas o de centro?

R. Creo en las políticas de centro, que sirven mucho a los intereses de los ciudadanos. A lo largo de la historia, todas las corrientes de pensamiento que han puesto al hombre como centro de su acción han sido muy beneficiosas para la sociedad: en la antigua Grecia, en la Ilustración, en el Renacimiento y, desde luego, en el liberalismo y en el socialismo del siglo pasado.

P. ¿Pero el centro es una ideología o un espacio?

R. Es una ideología que se basa en que el Estado no puede ser quien lo organice absolutamente todo en la sociedad, sino que la propia sociedad tiene un impulso y una libertad suficiente para actuar. El Estado debe moderar, pilotar y controlar esos movimientos libres de la sociedad, pero no puede atenazar, ser el objeto y el objetivo. Y en consecuencia, hay un reparto justo del crecimiento que produce ese tipo de modelo de sociedad. Eso es la ideología del centro.

P. Y el centro está en el PP, claro.

R. Sin duda. Y la prueba es que hay mucha gente del PSOE que siempre tuvo mentalidad de centro y ahora está trabajando con el PP.

P. Su familia está muy bien colocada en el Consell: su marido, Javier García-Lliberós, director de la Sociedad Construcciones e Infraestructuras Educativas, su hermana Carmen, directora del Ivex... ¿No es incómodo por las connotaciones que desata la situación?

R. Tengo la conciencia muy tranquila. Sé que están donde están porque son personas que lo valen y ejecutan el trabajo que se les ha encomendado con gran honradez y brillantez. Tengo pocos complejos en este sentido. El presidente, que es quien tiene la facultad de designar a las personas para los cargos, nombra a los que cree que lo van a hacer mejor.

P. ¿Cuál es el peor momento que ha vivido como portavoz?

R. Me resulta muy duro de asumir el comportamiento de algún medio de comunicación, en el que percibo odio y visceralidad, que da noticias que no son ciertas. Y eso lo entiendo mal. Hay que ser profesionales y no dejarse llevar por odios y sectarismos.

P. Todo aquello que tiene que ser decidido entre el Consell y la oposición se eterniza. ¿El PP no está acostumbrado a gobernar con consenso?

R. El Gobierno gobierna bien. Es un problema de la oposición. No es una oposición responsable con las necesidades de los ciudadanos, no cumple su papel. Es una oposición del no, por sistema. Por mucho que el Gobierno y el Grupo Parlamentario Popular intentan negociar, siempre se niegan en rotundo a todo. A nosotros no va bien así, pero no creo que sea muy inteligente.

P. La oposición, en cambio, habla de déficit democrático y de giro a la derecha del PP.

R. Es lo que les toca. Tampoco pretendemos que digan que todo es maravilloso y estupendísimo. Nos preocuparía. Esas afirmaciones no son ciertas, pero comprendo que las hagan.

P. Hace unos días salió en tromba contra Cataluña. ¿Cree de verdad que hay una conspiración en Cataluña contra la Comunidad Valenciana?

R. Como portavoz del Consell, lo que no me parece tolerable, ni de Cataluña ni de nadie, es que vengan aquí a juzgar actitudes o actuaciones. Que se juzguen las suyas. Nadie está aquí para dar lecciones y clases. Con Cataluña no tenemos ningún problema. Al revés: somos vecinos y mediterráneos. Hay muchos objetivos en los que podemos ir de la mano.

P. La minicrisis del segundo escalafón, ¿ha sido un modo de evitar la remodelación del Consell?

R. No es ésa mi percepción. Aquí nadie ni nada es eterno, y todo tiene su momento. Hay momentos que se agotan y empiezan otros, y eso es en aras del bien común. Los cambios benefician siempre a la Comunidad.

P. La presentación del libro del presidente en Madrid ha abierto la carrera por la sucesión de Aznar. ¿Cuándo se abre la de Zaplana?

R. No me preocupa nada ese tema. A mí me gustaría que el presidente continuara. Es un magnífico político y una magnífica persona. Su gestión ha sido muy beneficiosa. Nos ha puesto en un lugar alto, tanto a nivel de España, como a nivel internacional. Y a mí me gustaría que continuara. No quiero pensar otra posibilidad más que ésa.

P. Usted debe saberlo: ¿a qué se dedican los dos vicepresidentes del Consell?

R. Ellos coordinan las diferentes políticas de gobierno. Es una labor muy importante porque se ocupan de políticas transversales y asisten al presidente y lo representan en distintas facetas de la actuación de gobierno.

P ¿Piensa volver a la medicina o su viaje político no tiene regreso?

R. Claro que sí. Yo quiero volver, pero es muy difícil y fascinante no saber en la vida qué es lo que te va a pasar.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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