La familia Rey desata una profunda crisis en 'La Voz de Galicia'

El presidente del Grupo Voz, Santiago Rey Fernández-Latorre, ha desatado una profunda crisis en la empresa de comunicación gallega tras la pérdida de poder de sus hijos, que han ocupado altos cargos ejecutivos en La Voz de Galicia. En ese periódico, el estandarte del grupo, ayer ya no aparecía entre el equipo directivo Emilio Rey Berguer, hasta ahora consejero delegado de la compañía.

El editor Santiago Rey ha recuperado el control de La Voz de Galicia en detrimento de sus hijos Santiago y Emilio, que ocupaban los cargos de vicepresidente y consejero delegado del diario, respectivamente. Pese a que ayer ya no aparecían en la mancheta, un portavoz del Grupo Voz eludió dar explicaciones. 'No hay nada que decir', se limitó a comentar cuando fue preguntado por la destitución de los altos cargos ejecutivos. Emilio Rey sí figuraba, sin embargo, como consejero delegado de Diario 16.

Este relevo en el control de La Voz de Galicia se produce poco después de la salida del director general del periódico, Joaquín Evia. Y una de sus principales consecuencias pordía ser, según fuentes próximas al grupo gallego, la paralización o, al menos, la ralentización de los planes de inversión en la unidad de negocio de prensa. Entre las operaciones inmediatas figuraba la aplicación de una importante inyección económica en Diario 16. El grupo Voz se hizo con el control de Diario 16 (ahora denominado Diario Abierto) en pública subasta. El cambio de denominación en la cabecera del rotativo madrileño tampoco ha sido justificado por la empresa editora.

En los últimos años, la compañía de comunicación líder en Galicia ha crecido en el sector audiovisual (con productoras de televisión) y en el de las nuevas tecnologías (Internet). Pero la delicada situación económica por la que atraviesa La Voz de Galicia podría dejar el diario en manos de otros grupos. Recoletos (empresa editora del deportivo Marca y el económico Expansión) y Correo aparecen con los principales candidatos para lanzar ofertas sólidas al competidor gallego, el séptimo en cuanto a número de lectores (según los datos del Estudio General de Medios), aunque con una deuda próxima a los 8.000 millones de pesetas.