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Tribuna
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Las razones de una huelga

Hoy, 2 de marzo, el sector de la construcción de toda España realizaremos una huelga general, una llamada de atención a las diferentes administraciones, al Gobierno de la nación y al partido que lo sustenta, el Partido Popular; a la patronal del sector, a todos aquellos que, en definitiva, tienen responsabilidades en un drama que gotea día a día esperando que la sensatez acuda donde hasta hoy sólo conocemos ceguera y soberbia. A los trabajadores, razones nos sobran.

Cotidianamente, los medios de comunicación se hacen eco del lamentable hecho que supone la muerte, el accidente grave, la rotura invalorable de una vida, con el consiguiente lastre de familias hundidas, futuros inciertos, todo ello en el ambiente precario y olvidado de los más humildes. Es desesperanzador que tan tristes desenlaces hagan que un mundo como el de la construcción llegue a los hogares españoles y se conozca a través de la desventurada suerte de sus trabajadores.

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Desde la Federación de Construcción de Comisiones Obreras hemos apostado siempre por ir a la raíz de los problemas, por no quedarnos en la dramática denuncia cotidiana, que también, sin aportar soluciones, alternativas, propuestas sindicales, como sindicato maduro y responsable que somos. Así, tras un exhaustivo análisis del sector, que conocemos radiográficamente, pues somos parte de él, y con el asesoramiento técnico y jurídico más solvente, vimos que es en la subcontratación alocada, sin medida, donde se encuentra el caldo de cultivo de esta situación, un mundo de 'tratantes', especuladores del trabajo ajeno, espabilados que con la complicidad de las grandes constructoras hacen su agosto a costa de la salud y la protección de los trabajadores. Un mundo donde la avaricia y el dinero fácil han sustituido a la más elemental ética empresarial: obras con un presupuesto de partida de 1.000 millones de pesetas apenas cuentan como plantilla de la contrata principal con cinco trabajadores; el resto están asignados en una multitud de subcontratas, las más de ellas con su sede social en el coche del 'empresario' o 'pistolero', tal y como son denominados en la jerga común de los trabajadores (¿por qué será?). Es muy revelador analizar la situación laboral del herido en una obra, las menos de las veces recogida en la prensa diaria: empresario subcontratista, horarios y destajos despiadados, etcétera.

Es por ello que presentamos una iniciativa legislativa popular, con el aval de cerca de 600.000 firmas de ciudadanos/as, con el fin de regular la subcontratación y poner orden y ley donde hoy sólo existe caos y pillaje. El pasado día 21 de noviembre, el Partido Popular impidió en el Parlamento que tan enorme esfuerzo fuese reconocido para su posterior plasmación legislativa. Seguramente son otros los interlocutores más cercanos para nuestra derecha, otros los intereses a los que son más sensibles. Lo que sí tenemos claro es que el famoso viaje al centro de señor Aznar, con actitudes como ésta, se queda en un viaje al centro del capitalismo primario, aquel del látigo, la soldada de pan de ración y el tocino salado para comer. Nuestra proposición de ley busca ennoblecer un oficio digno, un sector necesario para el desarrollo económico de nuestro país, con futuro y formación, para que las jóvenes generaciones se sientan atraídas por él y no vean en su realidad una ocupación para salir del bache en la espera de un mejor empleo. Queremos que se cumplan las leyes y los convenios en un sector donde la mayoría de los empresarios han llegado tarde y mal al conocimiento del derecho laboral y la democracia, ¿o no han llegado?

Los pasados días 24 y 25 de febrero de 2000 la construcción paró en defensa de la salud, del empleo estable y con derechos, de la regulación de la subcontratación; hoy lo hace con las mismas convicciones, con la fuerza, la responsabilidad y la esperanza de convencer, de construir un futuro mejor. Que el pasado año 2000 de cada 1.000 trabajadores se accidentaran 238, que cada día de trabajo en el sector tuviéramos 120 accidentes, debería hacernos reflexionar a todos, en un ámbito, Europa, donde la lucha del movimiento obrero y el desarrollo de la técnica en los medios de producción deberían hacer de nuestro trabajo un bien de realización social y personal. El 2 de marzo es un día de huelga general en el sector de construcción porque nos va la vida en ello.

Fernando Serrano Pernas es secretario general de la Federación Estatal de Construcción, Madera y Afines de Comisiones Obreras

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