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Reportaje:

Pasarela de horrores en Milán

El caso de una modelo eslovena de 15 años, destrozada por dos semanas de drogas y sexo, termina en los tribunales

La moda milanesa vuelve a acaparar titulares de prensa. Pero en esta ocasión el escándalo no procede de los desfiles más o menos excéntricos de la semana del prêt-à-porter femenino que empezó el pasado sábado en Milán; ni tampoco de las modelos que recorren la pasarela con un falso porro en los labios; ni de ningún atuendo irreverente con la imagen de Jesucristo o de la Virgen María. Ahora el escándalo lo ha desatado un fiscal que, por primera vez en la historia de los desfiles milaneses, pretende sentar en el banquillo a los dos propietarios de una agencia de modelos, Flash Model Management, por un delito a primera vista extraño: 'abandono de menor'.

La menor presuntamente abandonada, conocida como Maja, una eslovena de 15 años y teórica modelo, hubo de ser internada en un hospital de su país tras pasar apenas dos semanas en Milán el pasado otoño. Lo cierto es que durante su estancia milanesa, Maja ni siquiera subió a una pasarela. Se limitó a frecuentar los ambientes nocturnos que constituyen la otra cara de los desfiles: las discotecas y fiestas privadas a las que una aspirante a modelo tiene que acudir si quiere llegar a hacerse un hueco en este falso mundo de fábula. Después de dos semanas, hubo de ser enviada a Eslovenia, donde fue ingresada en un hospital.

Maja había llegado a Milán en octubre pasado. Venía con su padre y un book de fotos que enseguida le sirvió para firmar un contrato con la Model Flash, una de las ocho agencias de modelos más importantes de Milán. El padre regresó a Liubiana y la jovencísima modelo fue alojada en un apartamento de la agencia, que compartía con otra chica norteamericana. Con ella, Maja comenzó a frecuentar fiestas y discotecas, a conocer amigos y relaciones públicas sin escrúpulos, de los que pululan a docenas en un mundo marcado por la velocidad y el dinero.

Ella misma ha relatado sus primeros contactos con la cocaína en los lavabos de una discoteca. Más tarde pasó a fumar crack, todo ello acompañado por importantes cantidades de alcohol. Maja también ha descrito sus encuentros de sexo, en reservados de discotecas, con acompañantes desconocidos, amigos de otros amigos de alguna colega. Relaciones mantenidas casi siempre en estado de semi-inconsciencia, bajo el efecto de las drogas y el alcohol. Al final, el derrumbe completo, la desintoxicación en Eslovenia y el tratamiento psiquiátrico.

El caso no ha quedado en un mero titular de periódico porque el fiscal milanés Marco Ghezzi ha decidido ir a por todas. Para empezar, considera a los dueños de la agencia culpables por no haber cuidado de una menor 'impedida', siquiera temporalmente, y espera que la justicia les dé una lección. Massimo Mandelli, uno de los responsables de Model Flash, se defiende declarando que no está en manos de las agencias cerrar las discotecas ni tampoco impedir a estas chicas salir de los apartamentos. 'Lo más inaudito es que el padre ni siquiera se ha presentado aquí, ni ha puesto una denuncia ni nada', añade Mandelli.

Este nuevo escándalo ha hecho sonar todas las alarmas en el negocio de la moda milanesa, sobre todo porque viene a confirmar la denuncia, mil veces negada, que hiciera en el otoño de 1999 la BBC sobre la oscura trastienda de la moda en general, y de las pasarelas de Milán en particular.

El fiscal Ghezzi considera que Italia debería dotarse de una legislación similar a la francesa, que veta el trabajo de las modelos de menos de 16 años. En Italia, en cambio, los modistos las quieren cada vez más jóvenes, pese a que luego las agencias se niegan a hacerse cargo de ellas.

Unas modelos se preparan en el vestuario para salir a la pasarela durante un desfile de moda.
Unas modelos se preparan en el vestuario para salir a la pasarela durante un desfile de moda.ULY MARTÍN

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