Un mal de nuestros días
Estoy totalmente derrumbado ante la inutilidad del trato de los servicios telefónicos de atención al cliente. He comprobado personalmente (Winthertur, Retevisión y Terra) que la atención centralizada es un mal de nuestros días, una epidemia que deberíamos ir pensando en erradicar.
No hay responsables. Todo son voces amables e incompetentes al 50%, torpezas bochornosas, excusas patéticas, evasivas y La cabalgata de las walkirias como hilo musical de esta tragedia. Gran parte del problema reside en que esas sugerentes voces pertenecen a gente con el mismo funesto concepto que yo sobre la empresa para la que trabajan. Una sutil forma de perder tiempo, dinero, estribos y dignidad. Porque eso de no poder gritarle a alguien verdaderamente responsable cuatro verdades a la cara (y no a esos chicos subempleados que bastante bien aguantan las críticas) genera una frustración ansiosa y nociva.
Al final, como siempre, pagan el bolsillo y el corazón. Mientras, los responsables, que se ahorran una pasta en oficinas y sucursales, se forran a nuestra costa en el más cobarde de los anonimatos.-
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