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CiU y el PP votan contra la revisión de la prolongación de los peajes

Convergència y Unió (CiU) y el PP volvieron a unir ayer sus votos en el Parlament para impedir la revisión de los convenios que prorrogaron la duración de los peajes. La propuesta del Partit dels Socialistes (PSC) fue derrotada por 14 votos contra 13, los que sumaron los socialistas, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa-Verds (IC-V). Lo ajustado del resultado se reflejó en las discusiones de una sesión de la comisión de Política Territorial que incluía más de 40 mociones relacionadas con peajes o condiciones de las autopistas y túneles de pago.

Entre los puntos aprobados hay dos que, a medio plazo, tendrán alguna trascendencia: afirma que la supresión del peaje de Rubí tendrá carácter prioritario, cuando se pueda; el otro obliga al Gobierno catalán a presentar durante el año 2002 un estudio económico y financiero con vistas a establecer la gratuidad en el túnel del Cadí.

La abundancia de asuntos relacionados con peajes hizo que algunas mociones tuvieran que ser retiradas por un hecho tan simple como que pedían la supresión de un peaje (el de la B-30) que ya ha sido suprimido. El Parlament había ido acumulando propuestas relacionadas con las autopistas que no eran tramitadas para su discusión, atendiendo a que hay una comisión que, supuestamente, estudia el reequilibrio de los peajes y la posible supresión o rebaja de algunos de ellos. La evidencia de que esta comisión no se reúne (hasta ahora sólo ha celebrado la sesión constitutiva) ha llevado a los grupos a aceptar que el Parlament retome el asunto.

Intento de pacto

En las jornadas previas, los grupos parlamentarios trataron de establecer acuerdos mínimos que se tradujeran en una proposición conjunta. A primeras horas de la noche del martes, el acuerdo parecía al alcance de la mano, pero luego llegaron las rebajas. El diputado que negociaba por CiU, Josep Rull, tenía que renegociar luego con el secretario del Departamento de Política Territorial, Josep Grau. Uno u otro decidió que parte del acuerdo no era asumible. Los socialistas también se descolgaron al considerar que se les proponía una declaración de principios, y los otros dos partidos que estaban en las negociaciones, el PP y ERC, decidieron al final tirar cada uno por su lado. El resultado fue un tono crispado, irritado por el fracaso de las negociaciones.

Las palabras gruesas se cruzaron, sobre todo, entre convergentes y socialistas. Francesc Iglesias (CiU) acusó a los socialistas de 'mal gusto' por defender que los convenios que prolongan los peajes deben ser anulados a la vista de que se ha roto, en beneficio de las empresas, el equilibrio económico de la concesión. Joan Galcerán (PSC) calificó la prolongación de los peajes como 'extorsión económica al usuario' y Jaume Farguell (CiU) aseguró que estaba 'implacablemente contra los peajes' para argumentar por qué rechazaba la gratuidad del túnel del Cadí.

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