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Pujol presidirá el acto de presentación del libro pese a las críticas

Enric Company

La oleada de críticas provocada por las opiniones de la esposa de Jordi Pujol, Marta Ferrusola, sobre la inmigración, cambió ayer de foco y se centró sobre el ex presidente del Parlamento catalán, Heribert Barrera. El político de ERC, que cuenta 83 años, afirma en un libro recién publicado que 'Cataluña desaparecerá si continúan las corrientes migratorias actuales'. Barrera mantiene también que cuando Jorg Haider dice que en Austria hay demasiados extranjeros 'no está haciendo una proclama racista'. El libro será presentado mañana públicamente en el Ateneo Barcelonés.

La dirección de Esquerra Republicana (ERC), el partido al que Barrera pertenece y al que ha representado en las Cortes y el Parlamento Europeo, se desmarcó rápidamente del apoyo a Haider. El portavoz del partido, Josep Huguet, lo calificó de 'desafortunado e incorrecto'. Respecto a las demás ideas expresadas por Barrera sobre la inmigración y los peligros que corre Cataluña por su causa, manifestó que son 'opiniones personales' y 'no se corresponden con las posiciones del partido', pero pidió que 'no se criminalice la opinión de la gente que tiene miedos'. Barrera se ha distinguido siempre por expresar sus ideas sin complejos y esto es lo que hace respecto a la inmigración en un libro entrevista aparecido hace varias semanas.

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Ayer las ratificó en diversas entrevistas, por radio y por televisión. El dirigente republicano niega rotundamente que sea racista o xenófobo. Pero dice cosas como ésta: 'Para mí el significado antiguo de racista es el que vale. Es decir, racista es aquel que cree que hay razas superiores a otras o acepta discriminaciones en función de la raza. Pero cuando el señor Haider dice que en Austria hay demasiados extranjeros no está haciendo ninguna proclama racista. Quiere decir que quiere preservar la sociedad austriaca tal como a él le gusta, tradicional, lo que resulta imposible desde el momento en que se incorpora un número considerable de extranjeros'.

Aplicada a España, la tesis expuesta significa, según Barrera, que explosiones xenófobas como las de El Ejido se deben a una 'excesiva' proporción de extranjeros. Tras afirmar que deberían pagarse sueldos adecuados a los trabajadores extranjeros, añade lo siguiente: 'Pero esto no justifica de ninguna forma que la gente de El Ejido deba aceptar verse dominada por gentes venidas de fuera. La solución de El Ejido, a mi entender, debería ser la expulsión progresiva de los que trabajan allí y su sustitución por trabajadores de la zona hasta que quedara un porcentaje aceptable'.

Barrera rechaza que el mestizaje cultural sea positivo. 'A mí que me digan qué ganamos nosotros porque ahora se bailen tantas sevillanas. No ganamos absolutamente nada. Ni con tener tantas mezquitas y con que haya cada vez un porcentaje más alto de musulmanes'.

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Además, el político republicano niega que la aportación humana de la gran oleada de inmigrantes procedentes de toda España que llegó en los años sesenta haya sido positiva para Cataluña. 'Aquí vivieron un poco mejor, trabajaron, se les pagó, y no creo que nosotros les debamos nada a ellos ni ellos deban agradecernos nada a nosotros', afirma. Y luego añade: 'El país en conjunto creo que salió perdiendo. Encontraría muchos argumentos. Ahora mismo tenemos escasez de agua. Si en vez de ser seis millones fuéramos tres, como antes de la guerra, no tendríamos este problema'.

Cataluña desaparecerá, concluye Barrera, si el flujo migratorio continúa y no se le ponen condiciones, como la de aprender la lengua. Por eso ve el futuro 'un poco negro', dice. Y se pregunta lo siguiente, relacionado tanto con la inmigración extranjera como con la española: '¿Hasta qué punto el asimilismo español triunfará puramente por una cuestión de número? No lo sé. Tengo la esperanza de que quizá lo podremos aguantar, de que podremos integrar a la población inmigrada de origen español y a la de fuera de España. Pero tengo dudas'.

Críticas de los partidos

Estas posiciones fueron rechazadas ayer, no sólo por ERC, sino por los demás partidos, aunque en distinto grado. El socialista Pasqual Maragall se mostró 'sorprendido' de que sea Barrera, un político al que aprecia, quien haya defendido estas tesis. Por eso le envió también un mensaje tranquilizador. 'No tema, Cataluña no desaparecerá', aseguró.

El líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida, afirmó: 'Ni las comparto ni las justifico', refiriéndose tanto a las palabras de Barrera como a las de Ferrusola. El convergente Ramon Camp, en cambio, rechazó comentar la posición de Barrera, pero aprovechó para destacar que 'hay que hablar de los derechos de los inmigrantes, pero también de sus deberes'.

Pese a estas críticas, Pujol mantuvo ayer su compromiso de presentar el libro mañana. El presidente de Iniciativa-Verds, Joan Saura, le pidió que no lo haga: 'Un presidente de la Generalitat no puede presentar un libro que induce claramente a actitudes racistas y xenófobas', argumentó.

Los partidos catalanes tendrán pronto, los días 7 y 8 de marzo, la ocasión de debatir en el Parlament sus posiciones sobre la inmigración, porque deberán pronunciarse acerca de la propuesta de pedir al Gobierno de la Generalitat que recurra contra la Ley de Extranjería ante el Tribunal Constitucional.

El grupo parlamentario de ERC es uno de los tres que apoya la presentación del recurso, pero ayer vio cómo Barrera se echaba en contra de esta posición. Entre las afirmaciones del ex presidente del Parlament se cuenta la de que la Ley de Extranjería debía reformarse en la línea restrictiva que ha impuesto el Gobierno de José María Aznar y que, a su juicio, es constitucional.

A todo esto, el grupo parlamentario de Iniciativa-Verds pidió por carta a los demás grupos que apoyen su pretensión de dedicar un pleno monográfico de la Cámara a debatir las políticas sobre la inmigración. El diputado Rafael Ribó defendió esta propuesta como una ocasión para aportar serenidad a un debate que está desbocándose y que corre el riesgo de extender la idea de que la inmigración es un peligro para la sociedad catalana. Los demás grupos, sin embargo, acogieron la idea con frialdad.

Heribert Barrera, a la derecha, con Jordi Pujol.
Heribert Barrera, a la derecha, con Jordi Pujol.CARLES RIBAS

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