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El mejor cliente de España en el Mediterráneo

Juan Carlos Sanz

Inmediatamente después de siete países de la Unión Europea y de Estados Unidos, Turquía fue el noveno mejor cliente de España el año pasado, por delante de México o Marruecos, y sin duda el que más exportaciones españolas recibió -por importe de más de 350.000 millones de pesetas- en la cuenca del Mediterráneo.

Aunque esta cantidad sólo representa el 1,73% de la factura del comercio exterior español, la pujante economía turca se ha convertido en una zona de expansión natural para los sectores españoles de la aviación (CASA), la maquinaria de construcción, las piezas para automóviles o el textil, entre otros, según datos de la Embajada de España en Ankara.

Desde la entrada en vigor del Tratado de Unión Aduanera con la UE, en 1996, los intercambios entre España y Turquía se han multiplicado casi por tres, aunque la última crisis de la economía, con una moneda que ha perdido un tercio de su valor respecto al dólar, amenaza con frenar las exportaciones españolas.

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Gigante demográfico

Con más de 65 millones de habitantes -aunque algunas fuentes elevan el censo turco hasta 70 millones- Turquía se ha convertido ya en el gigante demográfico del Mediterráneo, con una previsión de hasta 90 millones de habitantes dentro de 25 años, según proyecciones de Naciones Unidas.

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Se trata de un mercado único para los intereses comerciales de la UE. 'Europa actúa como un poderoso imán para la economía turca y, por esa razón, más tarde o más temprano acabará produciéndose la integración', explica un diplomático europeo en Ankara, 'pero Turquía aún tendrá que pasar más crisis como la actual'. Además de las reformas económicas, la UE impone a Turquía una modernización de sus instituciones y la democratización de su vida pública.

Muchos analistas recurren a la imagen de la crisis de crecimiento para definir la evolución de Turquía a partir de los años sesenta. Desde entonces, la mitad de la población se ha trasladado desde zonas rurales del interior de Anatolia a las grandes ciudades de la costa como Estambul, que cuenta con más de 12 millones de habitantes, o a la capital, Ankara, en cuya zona metropolitana pueden vivir más de cinco millones de personas. Y en ese periodo de tiempo se sucedieron tres golpes de Estado militares.

El país se está quedando pequeño para los turcos. Y previsiblemente tampoco sirve ya el modelo político del kemalismo, que muestra evidentes signos de agotamiento en las zonas urbanas. Pero los estamentos privilegiados por el actual sistema -los militares, los partidos políticos de base clientelar o los funcionarios que más partido sacan de la corrupción- frenan las reformas que parecen exigir los sectores más dinámicos de la sociedad turca.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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