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El Reino Unido seleccionará a los alumnos de secundaria según sus aptitudes

Blair pretende dividir a los estudiantes a los 14 años en centros públicos especializados

Isabel Ferrer

Tras el éxito obtenido con la reforma de la educación primaria, el Gobierno laborista británico quiere demostrar que puede hacer lo mismo con la secundaria si gana las próximas elecciones generales, previstas para mayo. Esta vez, detrás del lema Educación, educación y educación, que tan buenos resultados dio en 1997 a Tony Blair, ha incluido un valor añadido y también inesperado: la propuesta de seleccionar al alumnado de los institutos públicos según sus aptitudes y dividirlos en centros especializados en áreas como ciencia, economía o nuevas tecnologías.

Ante las primeras críticas recibidas a su nuevo plan, el primer ministro británico ha afirmado que no trata de separar como antaño a los niños por su habilidad académica, sino de fomentar sus inquietudes en un mundo muy competitivo.

Para que los estudiantes puedan ver realizados sus sueños de mejorar su capacidad para la ciencia, ingeniería y economía y empresa, las cuatro áreas que serán añadidas al arte, deporte, idiomas y matemáticas a su disposición hoy en 536 centros estatales ya especializados durante los últimos años, el Gobierno ha prometido ofrecer una subvención de 100.000 libras (27 millones de pesetas) a los directores que demuestren la valía del suyo en estos terrenos.

También recibirán 123 libras anuales por alumno (33.825 pesetas) durante cuatro años. Dicha cantidad adicional cubrirá hasta un máximo de un millar de inscritos por escuela. En otras palabras, otras 100.000 libras extra para convertirse en los institutos 'distintivos' en los que Blair ha depositado la esperanza de buena parte de los votos que espera obtener para retener el poder dentro de tres meses escasos.

Patrocinadores privados

A cambio de la ayuda oficial, los centros que deseen sumarse al plan tendrán que presentar un programa de estudios apropiado y obtener al menos 50.000 libras (13 millones de pesetas) de patrocinadores privados. Las asignaturas consideradas obligatorias por el Ministerio de Educación, como ciencias, matemáticas e inglés, seguirán impartiéndose junto a las nuevas.

El Ejecutivo espera que los primeros institutos de esta clase abran en septiembre del año 2002. Para el año 2006 podrían estar en marcha cerca de 1.500, casi un 50% de las actuales escuelas públicas de secundaria. Las que no consigan hacerse con el sello distintivo, y los fondos estatales, en una de las nuevas áreas de conocimiento brindadas por Educación podrán beneficiarse de los centros dedicados a otras materias, por ejemplo, informática, patrocinados por las autoridades educativas a escala local.

Como los nuevos institutos especializados podrán elegir a un 10% de sus alumnos, los partidarios de la educación para todos simbolizada por las comprehensive schools (institutos estatales no selectivos) han acusado ya a Blair de 'favorecer la segregación bajo mano'. En la práctica, sólo un 7% de las 536 escuelas especiales abiertas durante el mandato laborista han elegido a sus pupilos. Ahora admiten que no tendrán más remedio que efectuar una criba más severa si les llueven las solicitudes.

Una decisión ésta que avalaría los temores de los críticos del proyecto, que no desean ver dos clases de escuela secundaria estatal, la buena y subvencionada y la mediocre y sin apoyos. Otro de los juicios más duros se ha centrado en la edad a la que deberán especializarse los propios alumnos, a partir de los 11 años.

Si el candidato muestra cualidades musicales o deportivas, parece adecuada, pero puede ser demasiado temprano cuando se trate de decidirse por la ingeniería o la empresa. Los sindicatos de profesores, por su parte, han advertido de que el intento fracasará de no aumentar las inversiones para contratarles. 'El primer ministro parece ignorar la realidad y sigue imponiendo objetivos que sólo podrán alcanzarse con más docentes', ha dicho Doug McAvoy, secretario general de la Unión Nacional de Profesores.

El líder laborista, que ha convertido el proyecto en uno de los pilares de la próxima campaña electoral, lo ve de otro modo. Según él, la división tradicional de la educación británica en comprehensive schools y grammar schools (institutos selectivos) está desfasada. La rigidez de estas últimas al elegir sólo a los mejores alumnos le parece excesiva, pero las comprehensives no habrían hecho lo posible por sacarle partido a las cualidades de sus inscritos.

'Sin miedo a ser distintas'

'La aceptación de todos los candidatos sin discriminaciones de notas ni valía personal es un buen principio. Lo malo es que se ha convertido en un fin en sí mismo en la mayoría del sector estatal. Nuestras mejores escuelas lo son porque se han apartado del modelo clásico de las comprehensives, también rígido, y han optado por la igualdad a su manera. Es decir, sin miedo a ser distintas o especiales', ha proclamado con ardor Blair.

La oposición conservadora no puede creer aún que un Gobierno laborista hable de selección, aunque sea ejecutando un complicado ejercicio de estilo lingüístico. Theresa May, portavoz tory de Educación, ha saludado ya la iniciativa recordando que los institutos especializados son una idea de su partido pensada para atraer la inversión privada a la educación. 'Sin olvidar que este Gobierno está hecho un lío en materia de selección académica y no tiene valor para reconocerlo'. Para los liberal demócratas, por el contrario, todo el proyecto está llamado a destruir el principio igualitario de las comprehensives sin mejorar por ello la calidad de la educación secundaria.

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