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Tribuna
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La energía sostenible

La multinacional Enron tiene previsto instalar la central térmica de ciclo combinado más grande de Europa en el municipio de Móra la Nova (Ribera d'Ebre). Hay que tener en cuenta que en las comarcas del sur Tarragona, mediante las nucleares y las hidroeléctricas, ya se genera aproximadamente el 70% de la energía eléctrica de Cataluña.

Las enormes emisiones contaminantes que esta central enviaría por hora a la atmósfera funcionando con gas natural serían de 580 toneladas de dióxido de carbono, 500 kilos de óxido de nitrógeno, 30 kilos de dióxido de azufre y 30 kilos de compuestos volátiles. Estas cifras se duplicarían cuando funcionase con gasóleo, exceptuando el dióxido de azufre, que pasaría de 30 a 1.017 kilos por hora.

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La proliferación indiscriminada de térmicas de ciclo combinado y el beneplácito con que son apoyadas por las administraciones, alegando que son menos contaminantes que las térmicas convencionales, constituyen una demostración clara y contundente de una falta de planificación basada en criterios medioambientales, socioeconómicos y energéticamente sostenibles.

Las características orográficas y climatológicas de la zona donde se pretende ubicar esta central térmica, en medio de una llanura circundada por montañas de más de 600 metros (cubeta de Móra, en el valle del Ebro) y con una media de 50 días de niebla al año, haría que los efectos nocivos de sus emisiones sobre la salud de las personas y sobre el medio ambiente de la zona fueran aún mucho más graves.

Resulta sorprendente la defensa a ultranza por parte del Gobierno de la Generalitat de este tipo de instalaciones, cuando paralelamente se presenta la implantación de centrales eólicas en espacios naturales protegidos argumentando que es necesario sacrificar estos espacios para evitar el efecto invernadero. Curiosamente, la central térmica de Enron emitiría a la atmósfera justamente el doble de toneladas de dióxido de carbono que se pretende evitar con la instalación de las centrales eólicas.

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Los sectores económicos en los que se basa el modelo de desarrollo actual de las tres comarcas que se verían más afectadas por la instalación de esta central son la agricultura de calidad (con denominaciones de origen Priorat y Terra Alta, reconocidas mundialmente) y un turismo que valora un entorno natural y paisajístico equilibrado y extremadamente bien conservado. La central atenta contra el modelo de futuro sostenible.

Toni Borrell, de la Plataforma de la Ribera d'Ebre.

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