¿Es necesaria la central de Enron en Móra?

La multinacional norteamericana Enron Corporation tiene filial catalana: la Enron Energía Catalana de Generación, SL, que quiere construir una planta con capacidad para producir 1.600 megavatios de potencia en Móra la Nova. El permiso para la construcción de esta central coincidió, hace unas semanas, con el estallido de la fusión Endesa-Iberdrola, finalmente fallida, que hubiese significado el principio del fin del monopolio eléctrico en Cataluña.

La empresa que preside el ex ministro Rodolfo Martín Villa controla casi todo el mercado catalán a través del conglomerado Fecsa-Enher, hoy convertido en simple empresa distribuidora, toda vez que las dos marcas catalanas han segregado sus activos de generación -las centrales nucleares Ascó y Vandellòs II, las térmicas y los grupos hidráulicos del Pirineo- en beneficio de la matriz, Endesa. De haberse concretado la fusión Endesa-Iberdrola, el grupo resultante estaría obligado a ceder hasta el 50% de la distribución en Cataluña, permitiendo así la entrada en el mercado de nuevos operadores. Uno de ellos, el grupo Enron, que ha llegado a Cataluña fuertemente respaldado por la Generalitat.

Sin embargo, al no concretarse la fusión, Endesa vuelve mansamente al monopolio. No tiene por qué ceder nada, y cualquier nuevo operador deberá ser, por lo menos, tan competitivo como lo es el mismo monopolio.

La Generalitat empuja a Enron espoleada por el alarmante déficit del mercado eléctrico actual, obligado a importar el 5% de la electricidad distribuida en horas normales y el 15% en horas punta. Pero se trata, además, de afrontar el déficit futuro, ya que en los próximos cinco años faltarán en Cataluña unos 4.000 megavatios de potencia instalada, de los cuales, 3.000 deberían corresponder a estaciones de ciclo combinado y 1.000 a centrales eólicas en proyecto, según un documento de referencia elaborado por una comisón de expertos que fue creada tras un acuerdo entre el Gobierno autónomo y la oposición, alcanzado el 29 de mayo de 2000.

En estos momentos, existen seis proyectos de centrales eléctricas de ciclo combinado: Gas Natural instala una de 800 megavatios junto a otra idéntica de Endesa, ambas situadas en Sant Adrià de Besòs; la misma Gas Natural proyecta una de 800 megavatios en Vandellòs; Endesa e Iberdola abrirán cada una dos grupos de 400, y finalmente, el proyecto de Enron en Móra, de 1.600 megavatios. Total: 4.800 megavatios; es decir, si se cumplen los planes empresariales, Cataluña puede pasar del déficit eléctrico al exceso de capacidad. Respecto al macroproyecto de Enron, este dato resulta por si solo bastante disuasorio, y lo es mucho más si se le añade la oposición de las plataformas ciudadanas y de los municipios del Ebro.

¿Es necesaria la central de Enron en Móra? La respuesta divide a la empresa y al Gobierno catalán, por un lado, y las entidades de la zona, e implica de inmediato el interrogante subsiguiente: ¿si no se construye en Móra, debe construirse en otro punto de Cataluña? Detrás del problema desatado por Enron se encuentra la falta de una política energética clara. La multinacional lo sabe y de ahí que busque aliados tanto en el Ejecutivo catalán como en los escaños de la oposición en el Parlament. Las inversiones multinacionales tienen un ritmo de maduración lento y a los directivos de Enron les preocupa tanto quién manda ahora en la Generalitat como quién mandará cuando esté lista la central.