Varias compañías ensayan en sus discos nuevos sistemas de protección antipiratería
El mercado discográfico español creció un 8% el año pasado, pese a la venta ilegal
Las grandes discográficas y las entidades de protección de derechos de autor se rasgan las vestiduras ante el problema de la piratería. Algunos se refieren a la venta ambulante de falsificaciones como discos Magreb, y para combatirlos están poniendo en el mercado compactos marcados con diferentes sistemas que dificulten la grabación de los discos o permitan su detección. Otros optan por ofrecer al comprador algún incentivo que los lleve a preferir el producto original.
Hace pocos meses, la SGAE adoptó un sistema de marcas de agua que, según ellos, ha superado todas las pruebas de ataques de los piratas en la Red, desarrollado por el Security Digital Music Initiative (SDMI). Según José Neri, director de la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE), 'con este sistema no hay manera de quitar el código sin destruir la música'. El software para usarlo se descarga gratuitamente de Portalatino.com. Varios sellos han empezado ya a usarlas en la edición de sus discos. Entre ellos se encuentran Chrysalis, con el álbum de Orgasmical, o 18 Chulos, con el de Diego El Cigala. 'Las compañías pequeñas y medianas se aventuran más con esta tecnología. Las grandes tienen todavía un poco de miedo', afirma.
Reacción
Por miedo o no, las multinacionales están reaccionando. 'No creo que haya ningún sistema que funcione aislado y sin integrar todo el problema de piratería tradicional y piratería en la Red', afirma con cierto escepticismo José María Cámara, presidente de BMG España, quien no cree que valga la pena lanzar discos marcados. 'Mientras se perfecciona algo así, mi opinión es que no vale la pena enredar más al consumidor de lo que ya está. Para mí el reto principal es hacer que sea más fácil comprar música que robarla'.
De momento, hay otros modelos en circulación. Virgin ha presentado dos, bastante parecidos. El primero viene con el lanzamiento internacional del dúo francés Daft Punk, uno de los grupos de música electrónica más vanguardistas. Daft Punk presenta su álbum Discovery con una tarjeta 'personal e intransferible' que permite instalar en el ordenador un software de acceso al daft club. Con ello se otorga a cada usuario una página web personalizada y material exclusivo de la banda. Un incentivo para los fans, más que una traba técnica para evitar la copia ilegal.
La misma compañía ha puesto en marcha otro anzuelo: Miscelánea, el recopilatorio de Tam Tam Go!, viene también con una tarjeta personal que incluye un número pin, combinado con un sistema de autentificación del disco. Se inserta el compacto en la unidad de CD-Rom del ordenador, se pone el pin y se accede a través de Internet a una canción extra del álbum, que sólo podrá ser descargado una vez por cada disco original.
Nacho Campillo, cantante de Tam Tam Go!, declara que han querido ser pioneros con este sistema porque están 'totalmente en contra de la piratería'. 'La compañía nos propuso esta estrategia, que nos pareció bastante elogiable porque ofreces algo al comprador. Es como un juego que puede motivar al chaval que lo compra', dice, aunque admite que él todavía no lo ha usado.
La idea del incentivo para el comprador es también parte de una estrategia de mercadotecnia más sofisticada. El disco Music of the millenium, un doble compacto a cargo de clásicos del rock como Michael Jackson, John Lennon, U2, Rolling Stones, Queen o Dire Straits, pretende tentar al comprador presentándose como un objeto de deseo. La iniciativa está apadrinada por las majors: Universal, Warner, EMI, BMG, Sony y Virgin.
'No hemos utilizado un sistema digital para combatir la piratería sino que hemos preferido ofrecer al comprador un valor añadido que lo compense', afirma Armando Cifuentes, director de marketing estratégico de Universal.
La estrategia ha funcionado bastante bien. En sólo cuatro semanas han vendido 150.000 discos dobles, al precio de 2.895 pesetas. Unas ventas muy altas para el difícil mes de febrero. El precio de los discos es, para muchos, la razón principal para comprar a los piratas, pero en este caso el comprador se lo piensa dos veces.
'Los piratas sólo pueden ofrecer los dos discos por separado con una mala fotocopia del libreto y, por una pequeña diferencia de precio, se puede tener el original que es mucho más apetecible. Es un signo de los tiempos el que los precios vayan bajando, como está sucediendo en la telefonía. Lo que pasa con el disco es que, al ser un producto corporativo, las cosas van más despacio', concluye Cifuentes.
Un combate de conciencia
La lucha antipiratería sigue, se intensifica y diversifica. Pero, pese a las quejas, la industria discográfica ve que sus ventas aumentan. La estimación de ventas en 2000 es de 76 millones de unidades, casi un 8% más que en el ejercicio anterior, según adelanta AFYVE. Juan Palomino, director de derechos de reproducción mecánica de la SGAE, considera que este aumento de ventas es un triunfo de las campañas emprendidas y una labor más armonizada entre las autoridades. 'Esperábamos que para este momento el 15% del mercado estuviera en manos de los piratas, pero hemos logrado rebajarlo a un 10% y eso ha beneficiado las ventas', afirma Palomino. 'España es uno de los países con menor índice de piratería en Europa, pero no debemos aflojar en la lucha porque puede progresar rápidamente'.El problema es que se han abaratado considerablemente los aparatos reproductores y los discos vírgenes. 'Antes un equipo podía costar unas 200.000 pesetas y ahora está alrededor de 30.000. Los CD llegan a costar a los mayoristas menos de 50 pesetas cada uno, en los hipermercados valen entre 150 y 180 pesetas. Además, han entrado en este negocio redes organizadas'.
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