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Lise London vuelve a España para apoyar la reedición del escalofriante 'La confesión'

La combatiente comunista asiste en Madrid a la proyección de la nueva copia de 'L'espoir'

Créase o no, Lise London está aprendiendo informática. Dice que la necesita porque aún le falta un libro por escribir, 'unos cuentos que enseñen algunas cosas bonitas que nos pasaron'.

Ya ha dejado atrás dos obras de memorias, concebidas junto a Gérard (Artur London, Ostrava, 1915-París, 1986) para que las generaciones jóvenes conocieran 'las cosas luminosas que habían deslumbrado y arrastrado a nuestra generación'. Es La madeja del tiempo, dividida en Roja primavera y Memorias de resistencia, que publicó aquí Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, y que sumó, como si fuera la otra cara de la moneda del comunismo, la historia cotidiana y optimista del activismo de una mujer excepcional al terrible testimonio del que fue su camarada y amor durante 52 años.

La confesión, que luego fue también una película de Costa Gavras, mostró toda la crudeza y la indignidad del Proceso de Praga, durante el cual London, enemigo sucesivo de Franco, Hitler y Stalin, fue torturado durante años y condenado injustamente junto a otros comunistas checoslovacos, hasta que la caída de Stalin permitió que llegaran primero la verdad y luego la rehabilitación.

El libro ha sido reeditado ahora por la editorial vitoriana Ikusager, con prólogo de Jordi Solé Tura, y la edición ha dejado muy contenta a una Lise London todavía enamorada, que insiste en hablar de la heroicidad y la generosa vida libertaria de su marido, sin querer apenas detenerse en la pasión, el coraje y el gigantesco optimismo que ella misma ha aportado al mundo desde que a los 15 años empezara a militar en las Juventudes Comunistas Francesas.

Dotada de una memoria excelente, London cuenta con nombres y detalles episodios de hace 70 u 80 años. De cuando conoció a Artur, en Moscú, a los 18 años, trabajando en el Komintern. Del viaje a España con las Brigadas, codo a codo con London. De cuando se salvó de la guillotina durante la ocupación gracias a un coronel del Tribunal de Estado, que sólo la condenó a cadena perpetua. De su estancia en el campo de Ravensbruck, donde supo lo que pasaba en Auschwitz; del terror infinito que sintió al pensar durante años que London era de verdad un traidor, lo que la llevó a divorciarse de él...

El presente

Pero Lise London no es sólo pasado. Cuenta que ahora vive sola en París, rodeada de papeles; que sigue militando en el PCF y que el partido, que le prepara un gran homenaje, 'debe renovarse del todo, empezar de cero, volver al comunismo de nuestros padres'. Que tiene muy cerca a sus tres hijos, Françoise, Gerard y Michel, y que sigue estando orgullosa de su vida de comunista: 'Ayudamos a la sociedad a cambiar, hicimos muchas cosas contra el colonialismo y el fascismo. Yo estoy muy satisfecha de haber luchado con el Frente Popular y las Brigadas Internacionales, y de haber participado en la Resistencia. Soy capitán de las Fuerzas Francesas del Interior'.

Hoy, Lise London estará en Vitoria presentando la reedición de La confesión. Mañana, en la Universidad de Zaragoza, mantendrá un coloquio con los estudiantes sobre La madeja del tiempo. Ayer asistió en el Instituto Francés de Madrid a la proyección de la nueva copia de L'espoir, la película que rodó André Malraux durante la guerra. 'Es maravillosa. La he visto ya tres veces y no puedo evitar las lágrimas'.

Lise London, ayer en Madrid.
Lise London, ayer en Madrid.BERNARDO PÉREZ
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