La ayuda llega a Centroamérica

La ayuda humanitaria llega a Centroamérica. Es, posiblemente, lo que la reina de España ha querido comprobar en una gira que comenzó en El Salvador un día después del segundo terremoto y finaliza el jueves en Guatemala, y durante la que ha visitado también Honduras y Nicaragua. En estos países se han cebado los desastres naturales y los movimientos solidarios del mundo llegan adonde no pueden los Gobiernos: construyen casas y escuelas, traen agua, acercan la electricidad, forman trabajadores y mitigan el desamparo de los afectados.

Es una gota de buena voluntad en un océano de problemas. Sólo para paliar los efectos del huracán Mitch, los ciudadanos españoles han contribuido, según cifras de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), con 600 millones de dólares (más de 100.000 millones de pesetas), que incluyen tanto aportaciones a través del presupuesto público como donaciones particulares a ONG. Un 17% de esta cantidad ha sido destinado a emergencia, un 57%, a la reconstrucción y un 26%, a la transformación de las condiciones de vida en la zona.

Diversos ministerios y comunidades autónomas participan también con sus aportaciones, pero con dificultades y riesgos que se derivan de las circunstancias políticas y sociales de la zona. 'La extrema pobreza y debilidad de los afectados por las catástrofes requiere perseverancia y acción a largo plazo', dice la Cruz Roja hondureña, que considera que 'los efectos del Mitch se han paliado hasta ahora en un 40%'.

Las ONG, junto con la AECI, son, en buena parte, responsables de proyectos que han creado ciudades enteras, como la de Nueva España, que ha construido ya una tercera parte de las 1.200 viviendas previstas para 10.000 personas en Tegucigalpa, con un presupuesto entorno a los 1.000 millones de pesetas. Los cooperantes españoles observan este proyecto como algo emblemático, pero lleno de riesgos sociales si no se logra integrar a los nuevos habitantes de la colonia, si no se les proporciona trabajo y alimentos y si no se crea un clima de convivencia. Sonia Cano, responsable para Honduras de la red humanitaria internacional Oxfam, dice que este proyecto 'es ejemplo de lo que no se debe hacer'.

Cualquier polémica, sin embargo, es testimonio de la imperiosa necesidad de buscar soluciones. Aparte de las cifras que sitúan la ayuda española como una de las más importantes en la región, se ha valorado la presencia de la reina Sofía como un símbolo de la estabilidad en las relaciones entre los pueblos más allá de Gobiernos o coyunturas concretas.

[Un seísmo de 3,6 grados en la escala abierta de Richter sacudió ayer de nuevo la capital salvadoreña. El temblor no ocasionó víctimas ni daños, pero provocó el pánico de una población que ha sufrido tres terremotos en poco más de un mes.]