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La fiscalía de Francfort abre un sumario contra Fischer por supuesto falso testimonio

Pilar Bonet

El anuncio de la investigación criminal coincidió con el inicio de una visita oficial de Fischer a Washington, la primera que realiza un miembro del Gobierno alemán desde el relevo en la Administración norteamericana. Esta circunstancia y los presuntos contactos de los fiscales con los dirigentes políticos de la CDU en Hesse (el Estado federado alemán donde se encuentra la ciudad de Francfort) abonan la teoría sobre una posible inspiración política de las dificultades por las que atraviesa ahora el ministro.

La investigación criminal ha sido iniciada después de que el presidente del Bundestag (Parlamento federal), Wolfgang Thierse, diera su permiso para que le fuera levantada la inmunidad parlamentaria al ministro en su condición de diputado por el grupo Alianza 90-Los Verdes. Antes, el mismo Fischer había dicho también que no tenía ningún inconveniente en que se aclarara el asunto.

Para justificar la apertura de un expediente, que en teoría podría concluir en una condena de entre tres meses y dos años de cárcel, la fiscalía del tribunal regional de Francfort afirma basarse en la contradicción existente entre el testimonio de la simpatizante del grupo terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF) Margrit Schiller y el de Fischer. Schiller afirma en su biografía que vivió durante unos días en la casa de Fischer en 1973. El ex ministro negó este punto al comparecer como testigo en el juicio contra Klein el 16 de enero. Ahora, en una tendenciosa nota, el portavoz de prensa de la fiscalía, Job Tilmann, asume, sin más, que la ex terrorista dice la verdad y el ministro miente, y hace constar que, a efectos de la investigación iniciada, es irrelevante si las declaraciones en cuestión eran 'fundamentales o secundarias' en el proceso a Klein. Éste fue condenado la semana pasada a nueve años de cárcel.

Irritación judicial

La decisión de la fiscalía ha causado irritación incluso al juez Heinrich Gehrke, que presidía el tribunal contra Klein. Ayer, en una entrevista con el diario Financial Times Deutschland, Gehrke se mostraba escéptico sobre la posibilidad de que el proceso contra Fischer prospere, manifestaba que el caso es 'absolutamente inhabitual' e insinuaba que existe un motivo político detrás del mismo. 'El que conoce las circunstancias políticas se da cuenta de lo que ocurre', afirmaba. El Estado federado de Hesse está dirigido por una coalición de la Unión Cristiana Democrática (CDU) y los liberales que, gracias a las elecciones de febrero de 1999, sustituyó al anterior Gobierno local, de carácter rojiverde. Distintas fuentes citadas por los medios de comunicación alemanes afirman que los representantes de la fiscalía de Francfort fueron convocados a Wiesbaden, la capital de Hesse, por el secretario de Estado, Herbert Lauda, del Ministerio de Justicia de ese Estado, el pasado 26 de enero. El motivo del encuentro fue discutir la posibilidad de que Fischer pudiera ser procesado basado en sus declaraciones en el juicio.

Las palabras ahora investigadas por la fiscalía fueron pronunciadas de forma voluntaria por Fischer, a pesar de que el juez le advirtió de que no tenía por qué responder a una pregunta que no estaba relacionada con el proceso y que expertos legales consideran especialmente formulada para confundir al ministro. Éste recibió ayer el apoyo de una de sus compañeras de vivienda, Barbara Köster, quien, en el diario Tageszeitung, afirmó que la ex terrorista Margrit Schiller no había vivido en el piso de Fischer, sino en su domicilio, donde había permanecido 'dos o tres noches'. Köster pertenecía al consejo de mujeres del grupo izquierdista Lucha Revolucionaria. En socorro de Fischer acudió el eurodiputado verde Daniel Cohn-Bendit, quien, en una entrevista con el diario Süddeutsche Zeitung, aseguraba también que Schiller había dormido una o dos noches en la vivienda de las mujeres, pero no en la de Fischer, que además era poco hablador y un 'gruñón matutino', señalaba Cohn-Bendit, que fue compañero de piso de Fischer en Francfort.

Cohn-Bendit consideraba escandalosa la importancia dada a la investigación y opinaba que la República Federal de Alemania está 'loca'.

El ministro de Exteriores alemán, Joskcha Fischer (de espaldas), ante un tribunal de Francfort, el viernes.
El ministro de Exteriores alemán, Joskcha Fischer (de espaldas), ante un tribunal de Francfort, el viernes.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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