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El bloqueo del diálogo sobre mercado laboral aplaza el de pensiones

Esta semana es decisiva para constatar si el diálogo social se cierra en rotundo fracaso o acuerdo. La patronal y los sindicatos apuran el plazo que se han dado hasta fin de mes para debatir una reforma laboral. Los dos interlocutores están a la espera de que la otra parte mueva ficha en sus principales propuestas: reducir el coste del despido es la de CEOE, y poner límites a la contratación temporal es el punto clave para los sindicatos.

Del desenlace depende a su vez que haya avances en la negociación que los agentes sociales tienen abierta con los responsables del Ministerio de Trabajo en torno a las pensiones. La reunión oficial que tenían prevista para ayer se suspendió.

La clave aquí es que consigan salvar el punto principal de discrepancia, que es la jubilación anticipada a los 60 años de edad, un derecho que los sindicatos CC OO y UGT quieren que se haga extensivo a todos los trabajadores, de forma que no esté limitado como ahora a los trabajadores que empezaron a cotizar a la Seguridad Social antes de enero de 1967.

Documento de síntesis

La solución puede venir del documento de síntesis que prepara Trabajo, y que logre conciliar una propuesta sobre 'jubilación flexible'. Por una parte, con medidas para incentivar el retraso en el retiro más allá de los 65 años con carácter voluntario, y por otra, abrir la jubilación anticipada a algunos colectivos con problemas en el mercado laboral.

Su total generalización parecía ayer descartada por el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, quien declaró: 'Lo que no podemos es ir en contra de las tendencias de los países de la Unión Europea y de los caminos que nos han permitido devolver una clara salud financiera a nuestro sistema de Seguridad Social'.

Asimismo defendió el interés del Gobierno de 'llevar a cabo una de las recomendaciones del Pacto de Toledo en la que todavía hay avances insuficientes, y es remarcar el carácter voluntario y flexible de la jubilación'. Aparicio considera necesario tomar medidas en favor de la voluntariedad porque ahora la jubilación 'en muchos casos es más una obligación que un derecho ejercitable por el trabajador'.

Para lograr que sea flexible cree que pueden ser útiles fórmulas como las de permitir una jornada a tiempo parcial, con el cobro de la parte de salario correspondiente, junto a la percepción parcial de la pensión. Esa figura ahora existe para quienes desean retirarse entre los 60 y los 65 años, enlazada con un contrato de relevo a un joven. Pero apenas se utiliza y en los últimos cinco años sólo se han jubilado parcialmente en torno a 2.800 personas anualmente. La idea del Gobierno, a la que no se oponen patronal y sindicatos, es aplicarla también para mayores de 65 años.

Paralelamente, Trabajo ha decidido con los agentes sociales elaborar un programa para que las mutuas actúen de manera eficaz en la prevención de accidentes laborales, y para ello contarán este año con un presupuesto de 40.000 millones de pesetas, con la obligación de visitar las empresas con más accidentes. También estudian cómo implantar el bonus malus en las tarifas que pagan las empresas por accidentes laborales, con recargos a las que no adopten medidas de prevención e incentivos para las que sí las apliquen y reduzcan los siniestros. La tercera línea de actuación es elaborar un plan de vigilancia en la salud entre Trabajo, Sanidad y los agentes sociales.

El ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio (centro), con los dirigentes de CC OO y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez.
El ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio (centro), con los dirigentes de CC OO y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez.

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