El Ejército de Israel mata desde un helicóptero a un alto mando de la escolta de Arafat
La operación contra el agente de seguridad al servicio de Arafat fue perpetrada por dos helicópteros de combate Apache que dispararon cuatro misiles contra un vehículo de matrícula palestina que circulaba por los alrededores del campo de refugiados de Yabaliya, en la franja de Gaza. Los soldados israelíes lograron así matar de manera 'quirúrgica' a su conductor, Masud Ayad, de 54 años, comandante de Fuerza 17, la guardia pretoriana encargada de la custodia personal del presidente de la Autoridad Nacional Palestina. Otros cuatro ciudadanos que viajaban en un coche situado detrás resultaron heridos.
El Ejército de Israel emitía horas más tarde un comunicado asumiendo la responsabilidad de la acción y asegurando que Ayad era un miembro de la guerrilla clandestina de Hezbolá, creada en Líbano y, según el portavoz militar, trasplantada en los últimos meses a Gaza para reforzar la Intifada palestina. La nota del mando castrense aseguraba también que la víctima era un conocido contrabandista de armas y de drogas, y que recientemente había participado y dirigido varios ataques contra las colonias judías de Gaza, especialmente contra la de Netzarim, sobre la que al menos en dos ocasiones lanzó fuego de mortero.
Barak no dudó en enviar un mensaje de felicitación a las tropas por el éxito de la operación. 'Cualquiera que intente causar daño a Israel no escapará, ya que el largo brazo del Ejército sabe cómo localizarlo y cómo acabar con él', aseguró. La acción es 'una advertencia clara a todos aquellos que planean atacar a israelíes', dijo.
El mensaje de Barak constituye un desafío a la comunidad internacional, que en las últimas semanas ha estado enviando mensajes al Gobierno israelí pidiendo el fin de este tipo de operaciones y calificándolas de 'crímenes de guerra'. Entre las condenas y protestas destaca la de la troika de la Unión Europea, que hace poco menos de 15 días presentó una nota de censura ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, en Jerusalén. El responsable de su recepción la desestimó con energía.
El 2 de enero, la Comisión de Defensa y de Asuntos Exteriores del Parlamento israelí se vio obligada a debatir, a puerta cerrada, estas operaciones militares contra los dirigentes de la Intifada, tratando de hacer frente a la indignación de los sectores pacifistas. Un mando del Ejército informó a los diputados de que este tipo de operaciones eran 'más efectivas y contundentes que los bombardeos' indiscriminados que habían estado dañando la imagen del país.
Cuando algunos diputados preguntaron sobre las bases legales y morales de estas acciones, Barak, en su calidad de ministro de Defensa, contestó: 'Estamos en una situación bélica, y cuando alguien nos dispara y nos mata, no tenemos otra alternativa que atacarle. Un Estado, ante la amenaza del terror, tiene que continuar la batalla'. El jefe del Estado Mayor, general Saúl Mofaz, reconoció que se trataba de 'métodos excepcionales', pero que se utilizaban con el objetivo de 'salvar vidas humanas cuando no hay otras alternativas'.
Los palestinos respondieron ayer al ataque israelí disparando un misil antitanque contra la Oficina de Coordinación del asentamiento judío del distrito de Katif, en la franja de Gaza, según la radio del Ejército israelí. El misil alcanzó uno de los edificios, pero no causó heridos. Es la primera vez que se utilizaba este tipo de armamento contra un objetivo israelí.
Barak: 'La liquidación de terroristas palestinos es legal'
'La liquidación de terroristas palestinos por las fuerzas del Ejército israelí es legal, según el derecho internacional de guerra', ha asegurado el Gobierno de Israel en un informe dirigido al Tribunal Supremo, donde se instruye un pleito instado por la viuda del doctor Thabet Thabet, dirigente de Al Fatah asesinado el pasado 31 de diciembre por francotiradores del Ejército israelí cuando salía de su domicilio en Tulkarem. Los israelíes alegaron que era un cabecilla local de la Intifada, responsable de la milicia popular de los Tanzim. La viuda del doctor Thabet, la doctora Siham Thabet -como su marido, dentista de profesión-, ha planteado ante el Supremo israelí una querella contra los responsables de la muerte de su esposo, asegurando que no era un terrorista, sino un defensor del proceso de paz. La doctora Thabet cita como prueba de ese compromiso el hecho de que participara en la Conferencia de Madrid en 1991, acompañando al equipo de Yasir Arafat, y su permanente colaboración con los movimientos pacifistas israelíes. La viuda de Thabet ha pedido ante el Supremo que prohíba al Ejército continuar con este tipo de ejecuciones sumarias. El Gobierno de Israel se opone a la demanda presentada por los familiares del doctor Thabet alegando que 'no se trata de ejecuciones extrajudiciales' y que la reclamación 'carece de base legal'. Las organizaciones de defensa de los derechos humanos han criticado esas acciones.
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