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Reportaje:EN PORTADA

Con el consejo en contra

Los reproches de BBVA, BBK y los fondos socavan la presidencia de Íñigo de Oriol en Iberdrola

Íñigo de Barrón

El lunes pasado a primera hora de la tarde, los pasillos de la zona noble de las sedes centrales de Endesa e Iberdrola en Madrid eran un continuo trasiego de consejeros, bedeles y secretarias. Los 16 consejeros de Endesa y los 22 de Iberdrola comieron con cierta urgencia. No hubo largas sobremesas, como en otras ocasiones. Las grandes ocasiones exigen puntualidad. A las cuatro de la tarde comenzó el consejo de la eléctrica presidida por Rodolfo Martín Villa y, una hora más tarde, se inició el de Iberdrola.

Este desfase temporal sirvió para que Íñigo de Oriol, presidente de Iberdrola, iniciara su reunión conociendo la acogida que estaba teniendo en Endesa la lectura del duro informe del despacho de abogados Uría y Menéndez. Oriol fue consciente de que todo se estaba torciendo de una manera definitiva, pero siguió con los planes previstos.

Como paso previo al consejo, se reunió la comisión delegada de Iberdrola. En este foro, Oriol comentó que ambas compañías 'habían decidido desistir de la operación'.

Poco tiempo después se inició el consejo de administración. El presidente fue el primero en tomar la palabra. 'Tras las condiciones impuestas por el Gobierno, Endesa e Iberdrola han decidido poner fin al proyecto de fusión que se inició con la aprobación de los consejos el pasado mes de octubre', afirmó Oriol. A continuación señaló que 'este paso era el mejor para Iberdrola, pero con las exigencias del Ejecutivo no se podía llevar adelante'. El presidente también hizo referencia a las conclusiones del informe que había encargado la eléctrica al bufete Clifford Chance, en el que se destacaban los problemas que surgían de la operación.

Consejeros en contra

A continuación se dio paso a las intervenciones de los consejeros. El primero en hacerlo fue José Ignacio Berroeta, presidente de la Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK), cuya posición no dejó lugar a dudas. La BBK -que controla el 7,5% del capital, una inversión que el viernes valía 189.006 millones de pese-tas- veía 'inviable' la operación con las nuevas condiciones impuestas por el Ejecutivo. Además, resaltó la falta de rentabilidad que suponía la fusión para los accionistas de Iberdrola, aunque manifestó su apoyo a la compañía para cualquier proyecto de futuro. La BBK se opuso tal y como hizo en el consejo del 17 de octubre.

A continuación fue José Domingo Ampuero, conocido como pepé, el que tomó la palabra. Ampuero ocupa una de las dos vicepresidencias de la eléctrica y habló en representación del 10% del capital que controla el BBVA. Este vicepresidente felicitó a Oriol por haber tomado la decisión de no continuar con la fusión y mostró su apoyo al presidente 'en las decisiones que deba tomar para que Iberdrola gane proyección'. A continuación aclaró que Iberdrola tenía 'capacidad sobrada para elegir su propio destino, siempre que se cuente con el apoyo de los accionistas de referencia'.

Pero hubo más advertencias. Pepé Ampuero explicó que, en contra de lo que había dicho Oriol, la fusión con Endesa 'no era ni un buen proyecto ni tampoco el mejor para sus accionistas'. Con estos comentarios, se alineó con la posición que Berroeta había manifestado antes. El vicepresidente de Iberdrola sabía cuál era el final de la película, por lo que tampoco compensaba al BBVA un excesivo desgaste en una batalla que tenía ganada, por lo que así concluyó su intervención.

Con este panorama, todos estuvieron de acuerdo en que no era necesario una votación para conocer la posición del consejo.De esta forma, el presidente evitó que se posicionaran alguno de los consejeros supuestamente fieles a él, pertenecientes a familias de Neguri que no representan al BBVA, que podían manifestarse en contra de la operación. Según fuentes cercanas al consejo, algunos vocales sabían que la fusión con Endesa suponía la pérdida de su sillón y no estaban dispuestos a facilitar esta situación.

Los fondos se oponen

A pesar de todo, la reunión clave no fue la de los consejos de las dos eléctricas. El lunes por la mañana se vieron Manuel Pizarro, futuro presidente de la compañía fusionada, Rodolfo Martín Villa, Íñigo de Oriol y Rafael Miranda, consejero delegado de Endesa. En esta cita Oriol sabía, a través de la información facilitada por Morgan Stanley Dean Witter, asesor en la operación, y por su departamento de Relación con los Inversores, que los fondos de inversión de Iberdrola se oponían a la operación. Sin su apoyo, la junta era un fracaso anunciado y supondría la inmolación definitiva de Oriol como presidente.

Como dicen los expertos de los mercados, 'los fondos de inversión votan con los pies; es decir, que si no les gusta una operación, venden su participación, hunden la cotización y se van'. Si todavía les quedaba algún interés por seguir adelante, los máximos responsables de la operación decidieron que la aventura había terminado.

¿Y ahora, qué? El abogado Fernando Lamikiz, que dice haber agrupado el 6% del capital, pero que al no sindicarlo se desconoce exactamente al capital que puede representar en una junta, espera las reacciones del BBVA y la BBK. Lamikiz, que asegura no defender la posición del PNV ni estar afiliado a este partido, cree que Oriol y Javier Herrero, consejero delegado de Iberdrola, 'deben dimitir inmediatamente por perjudicar a sus accionistas al intentar regalar la compañía vasca a Endesa'.

Si en algo coinciden los analistas es que la posición de Oriol y Herrero 'es extremadamente débil. Los ejecutivos de las compañías grandes viven del éxito de sus operaciones. Si fracasan, se quedan sin autoridad moral para seguir dirigiendo la empresa'. Sin embargo, BBK y el BBVA prefieren unos meses de calma antes de acometer la reforma en la cúpula.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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