El Ayuntamiento de Valencia realoja en el núcleo duro de la droga de Natzaret a chabolistas
José Antonio Barba, presidente de la Asociación de Vecinos Natzaret Unido confirmaba ayer con Andrés Giménez, asesor del concejal Ramón Isidro, lo que hasta entonces había sido un rumor entre los vecinos. 'Él mismo' -aseguraba- 'me ha comunicado, tras requerírselo desde la asociación, que una finca de la calle de Ifach ha sido cedida al área de Servicios Sociales Municipales para realojo de chabolistas'.
La casa, en estado de ruina y con los accesos exteriores cerrados con cemento, está en el número 28 de la calle de Ifach, una de las que concentra el mayor tráfico de drogas que se realiza en el barrio. Ayer, agentes de la policía acompañaron a dos monitoras para inspeccionar el estado y las dimensiones del edificio.
Tras derribar parcialmente los accesos bloqueados, se encontraron con que la casa colindante -ocupada por una familia denunciada por tráfico de droga- habían abierto un acceso y ocupado la finca propiedad del Ayuntamiento sin que por fuera pudiera detectarse. Después de la comprobación, los accesos exteriores volvieron a quedar cerrados.
Protesta inmediata
Los vecinos de Natzaret rechazan de plano la iniciativa municipal. 'Sólo faltaba que además de no solucionar los problemas que ya tenemos, después de que la policía sólo se presente en el barrio ocasionalmente y por impulsos externos a las denuncias vecinales, después de conocer quiénes venden droga y no actuar contra ellos, nos traigan más población marginal. ¿Qué es esto?', se preguntaba una vecina de la misma calle de Ifach.
La asociación registrará hoy dos escritos, uno dirigido a la delegada del Gobierno en la Comunidad, Carmen Mas, y otro a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. En ellos se detalla una vez más la situación que padece el barrio, se señalan los siete puntos de venta de droga que concentra la calle de Ifach -cuya identificación ya fue remitida a las autoridades el 29 de octubre de 1999- y se urge a adoptar medidas inmediatas. 'La confianza en la Administración es ninguna. Tenemos denuncias cursadas al Ayuntamiento desde 1994 sin respuesta alguna', indicó Barba.
'La situación en el barrio es insostenible. Las amenazas se suceden y por miedo no se denuncian. De hecho, el 14 de diciembre de 2000 dos repartidores de butano fueron acorralados por camellos de la zona provistos de hachas y palos. La llamada de los vecinos a la policía fue lo que les salvó. Era la tercera vez que ocurría y la única en que se convirtió en denuncia', explicó Barba.
El concejal socialista Rafael Rubio criticó ayer la actitud de abandono por parte del Ayuntamiento de Valencia respecto de los problemas de drogas que padece la ciudad. 'Es uno de los consistorios que menos dinero dedica en toda la Comunidad a la rehabilitación de toxicómanos'. Rubio señaló, además, que el Ayuntamiento 'no tiene ningún centro de rehabilitación para drogodependientes ni ha constituido comisión alguna de seguimiento entre administraciones , a pesar de que tenía que haberlo hecho antes de septiembre de 1997'.
Por su parte, el concejal de Seguridad Ciudadana, Jorge Bellver, pidió ayer a los vecinos 'confianza en la acción conjunta y coordinada de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad', Como ejemplo de la eficacia policial, Bellver se refirió a la detención el pasado 24 de enero del camello apodado el ciego, quien fue puesto en libertad inmediatamente. Un vocal de la asociación de Vecinos de Malva-rosa recordaba ayer que 'no se nos puede pedir confianza y paciencia cuando, sin ir más lejos, el presidente Zaplana ni siquiera ha contestado a una carta que le enviamos hace más de dos meses'.
El PSPV estudia llevar al Congreso de los Diputados la situación de los barrios afectados en Valencia por el tráfico de estupefacientes.
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