Bush somete al Congreso su plan para recortar y devolver impuestos
De aprobar el Congreso de EE UU el recorte de impuestos que mañana le presentará George Bush, una familia norteamericana de clase media en la que ambos trabajan recuperará 1.600 dólares (unas 280.000 pesetas) anuales. O al menos eso es lo que afirma el presidente en la intensa campaña que efectúa esta semana para popularizar su propuesta. Bush desea que su recorte de impuestos tenga efectos retroactivos y comience a aplicarse a partir del pasado 1 de enero. 'Propongo un alivio fiscal para todos los que pagan impuestos', dice el presidente republicano, citando ejemplos de familias trabajadoras reales. Bush afirma que es 'justo' devolverle a los contribuyentes parte de sus impuestos en tiempos de superávit presupuestario como los que vive EE UU, y añade que, además, es un modo de reactivar la inversión y el consumo ante el alarmante enfriamiento de la primera economía del planeta. 'Devolver dinero a los bolsillos de los contribuyentes va a ayudar a la recuperación de nuestra economía', explica.
Según la propuesta, el tipo impositivo máximo bajará desde el 39,6% actual al 33% y el mínimo desde el 15% al 10%. El plan termina también con la discriminación fiscal que sufren las parejas casadas frente a las de hecho y duplica las ventajas por cada hijo. Pero los demócratas, aún aceptando ahora la rebaja de la presión fiscal, siguen denunciando que este plan es demasiado ambicioso -implica un recorte global de 1,6 billones de dólares durante los próximos 10 años- y beneficia principalmente a los ricos.
Considerada casi un disparate durante la campaña electoral, la idea de Bush ha ganado peso en EE UU por el apoyo de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, la amenaza de una recesión económica y las últimas previsiones de superávit presupuestario. Según el cálculo de la Oficina de Presupuestos del Congreso, EE UU dispondrá en los próximos 10 años de un superávit de 5,6 billones de dólares.
En nombre de los demócratas, el senador Richard Gephardt defiende 'una rebaja selectiva de la presión fiscal, que beneficie a los que lo necesitan más'. Y Robert Rubin, ex secretario del Tesoro de Bill Clinton, se declara partidario de 'un recorte moderado'.
Continuando con su campaña, Bush visitará el martes una pequeña empresa y el miércoles celebrará un 'día de las familias', para hablar del alcance de su plan sobre el trabajo y la economía familiar.
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