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La Biblioteca Nacional saca de sus fondos la estampa satírica británica

El montaje, de 97 obras, compara los grabados de Hogarth y Goya

La nueva sala de exposiciones de la Biblioteca Nacional, de Madrid (paseo de Recoletos, 20, Internet: www.bne.es, hasta el 1 de abril), comenzó ayer su programación con la muestra La estampa satírica británica: Hogarth y su tiempo, donde se presenta la evolución de este género en los siglos XVIII y XIX. El montaje reúne 97 obras, entre estampas, dibujos, acuarelas y libros, de los fondos de la Biblioteca Nacional, salvo dos piezas del Museo Municipal y de la Calcografía Nacional, que han sido seleccionadas por Javier Docampo, del Servicio de Dibujos y Grabados, como comisario.

Las caricaturas y estampas satíricas de William Hogarth (1697-1764) son el eje de la exposición a través de sus tres apartados, desde el nacimiento y desarrollo de la caricatura en el Reino Unido, los aspectos de la sociedad británica del siglo XVIII y la 'relación fructífera' entre el Reino Unido y España, en especial la influencia de Hogarth en Goya.

Javier Docampo sitúa los antecedentes de la estampa satírica británica en los talleres romanos del siglo XVII, con sus caricaturas, y el lenguaje alegórico que llega del norte de Europa hasta que surge la figura de Hogarth, en un ambiente de libertad política. 'Hogarth rechaza los orígenes italianos y se suma a la pintura clásica, al querer convertirse en un pintor psicólogo que domina las expresiones humanas, como se ve en algunas estampas', declaró ayer el comisario. 'Hogarth es también un pintor tradicional, de retratos y composiciones religiosas, pero tuvo más éxito como caricaturista. Era satírico, pero sobre todo moralista, intentaba con su obra reformar las costumbres y mostraba los peligros del alcohol y las prostitutas'.

Es la edad de oro de la caricatura británica, donde aparecen los trabajos de Thomas Rowlandson, James Gillray y William Heath, donde se reflejan escenas cotidianas de la vida de Londres, la ciudad con mayor población de Europa, las 'diversiones mundanas y modernos vicios: alcohólicos, jugadores y prostitutas', en la llamada 'edad de la ginebra'. La exposición muestra por primera vez los contrastes entre la obra de Hogarth y los grabados de Goya (Caprichos), que posiblemente conoció a través de Moratín o en la colección de Sebastián Martínez, ya que las estampas llegaban a través de Cádiz y Bilbao. 'Frente a la obra con mucho detalle de Hogarth se aprecia el carácter más moderno y sintético de Goya', dice Javier Docampo, que ha situado estampas con motivos comunes a los dos artistas, como las prostitutas, las bodas desiguales, los frailes glotones o los barberos. También se recoge el interés en la Inglaterra del XVIII por los autores del Siglo de Oro y, en especial, El Quijote.

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