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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Marinaleda y la libertad

Por motivos de trabajo, viajo mucho y, además, soy persona observadora, más desde que en mi pueblo fui elegido en las elecciones pasadas concejal por el PSOE. Siempre que visito algún pueblo me fijo en los edificios públicos, entre ellos su Casa Consistorial, la casa de todos los ciudadanos que en ese lugar viven sin que tenga nada que ver la idea política de cada uno, por ellos y para ellos ondean las banderas: española, autonómica, local y europea. Algo que en Marinaleda está vetado: parece que el señor Gordillo no sabe que estos edificios son de todos y para todos, y son institucionales. Por eso creo que su actitud ante tales actos son simplemente algo personal, que implica que parezca esté ejerciendo un despotismo ilustrado. También quiero manifestar mi preocupación y la de mis compañeros de partido y creo que la de todas las personas de bien de este pueblo, humilde, sencillo y jornalero: lo único que queremos es vivir en paz y en libertad, que en los plenos se condene el terrorismo y las barbaries de los fascistas criminales de ETA, cosa que este partido le viene pidiendo en reiteradas ocasiones, o al menos lo introduzca en el orden del día, para que los demás podamos ejercer nuestros derechos y obligaciones con los ciudadanos, que estoy seguro son la inmensa mayoría los que están en contra de esos criminales.

Las personas que representamos a un pueblo tenemos que identificarnos en algo tan democrático como son los plenos, aunque algunos, con sus mayorías, nos quieran implantar de nuevo una dictadura. No estoy en contra de las mayorías, porque es el pueblo quien decide y serán los ciudadanos quienes tendrán que decidir si les merece o no credibilidad las palabras y hechos de una persona que siempre ha querido solemnizar lo obvio y lo elemental, para criticar o señalar con el dedo a los demás.

En Marinaleda, ser de la oposición cuesta mucho trabajo, porque una de las cuestiones principales es la negativa que tenemos por parte del señor Gordillo a la información, aunque algo hemos conseguido, la dimisión de uno de sus concejales, Eduardo Valderrama Porquera, por estar trabajando como responsable de obras del AEPSA (antiguo PER) y cobrar del mismo, algo ilegal, por ser incompatible con su cargo de concejal. También lo han hecho otros, en otras tareas.

El señor Gordillo habló mucho de moralidad, pero a la hora de la verdad incurre en la ilegalidad de forma manifiesta.

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