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Justicia rechazó en noviembre hacerse cargo del niño que luego fue agredido

El caso del niño de seis años ingresado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital Josep Trueta de Girona tras la brutal paliza que le propinó su padre el pasado sábado complica el clásico dilema del juez sobre si debe dar la custodia de los hijos al padre o a la madre: plantea abiertamente que, a veces, no debe dársela a ninguno de los dos. Sobre todo, cuando las instituciones encargadas de atender a los menores tienen a su alcance toda clase de información acerca de los riesgos que puede correr un niño indefenso en el seno de un hogar desestructurado.

Según fuentes próximas a la familia de la víctima, el Instituto Catalán de Asistencia y Servicios Sociales, del Departamento de Bienestar Social, había dictaminado al padre una incapacidad del 66%, ya que presenta 'alteración de conducta' y problemas de alcoholismo crónico. El autor de la agresión, que ayer ingresó en prisión, llevaba años cobrando su correspondiente pensión de invalidez.La madre del niño -a quien ayer dejó libre, con prohibición de acercarse a su hijo, la titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Girona, Montserrat Bastit- también tenía problemas. Ella misma, detenida inicialmente junto a su ex marido por 'omisión de socorro', había presentado una solicitud para que el mismo Instituto Catalán de Asistencia y Servicios Sociales evaluara su propia deficiencia mental.

La Generalitat 'no encontró elementos' para separar al padre alcohólico de su hijo
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¿Quién se queda al niño?

Pese a la incapacidad del padre y sus problemas con el alcohol, cuando el matrimonio se separó de mutuo acuerdo en 1999, el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Girona optó por atribuir la custodia del niño a su padre, que entonces vivía en la localidad de Salt. Se desconoce sobre qué base fue tomada esta decisión, ya que el juez hubiera podido poner al niño bajo la tutela de la Dirección General de Atención al Menor, dependiente del Departamento de Justicia de la Generalitat.

La tutela del niño

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Esta institución confirmó ayer que se hizo cargo de la tutela 'desde el momento en que el niño fue hospitalizado', el sábado pasado, con marcas en el cuello, hematomas y una fractura craneal.

El hospital Josep Trueta de Girona no difundió ningún nuevo parte médico sobre el estado de la víctima, pero ya en la noche del lunes fuentes del centro habían indicado que, pese a la gravedad de las lesiones, la vida del niño no corría peligro y que su estado evolucionaba favorablemente.

Pero la decisión sobre la custodia del pequeño de Girona no es el único elemento que chirría en el encadenamiento de decisiones relacionadas con el caso.

Tras la separación del matrimonio gerundense, el padre alcohólico al que se le dio la custodia se desentendió de su hijo. A temporadas, se hacían cargo de él sus tías. De forma intermitente, la madre, que carece de domicilio, volvía a vivir bajo el mismo techo que su ex marido, situado hoy en Llagostera.

El pasado 30 de noviembre, la madre y el abuelo (también alcohólico) del pequeño se presentaron ante los servicios de urgencias de la Dirección General de Atención al Menor.

En esta fecha, la madre solicitó al personal de esta institución que se hiciera cargo del niño alegando que no estaba capacitada para responsabilizarse de su hijo.

Sin embargo, las fuentes consultadas aseguran que esos servicios de urgencia rechazaron hacerse cargo del niño de Girona: visto que la custodia le correspondía al padre, decidieron reenviarle a su hijo.

Antes de que hubieran transcurrido cinco días, el pasado 5 de enero, el niño ya había sido devuelto a Girona con quien, casi un mes más tarde, ha acabado mandándole a la unidad de cuidados intensivos, en estado grave.

Al ser preguntado sobre los motivos que llevaron a la Dirección General de Atención al Menor a devolver el pequeño con su progenitor, pese a su incapacidad y alcoholismo, el Departamento de Justicia de la Generalitat adujo ayer: 'No se había encontrado suficientes elementos que justificaran separar al niño de sus padres'.

Fuentes de Justicia agregaron que 'no había ninguna denuncia por maltratos' presentada contra el padre.

La madre nunca se decidió a denunciar las agresiones a su hijo y precisamente había sido detenida hace cuatro días, junto con su ex marido, por 'omisión de socorro'.

La paliza del pasado sábado no era la primera. Hace una semana, el niño fue visto con los labios partidos y otras señales de violencia.

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