Interpretar a Greenspan

El apoyo del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, a los recortes fiscales en su comparecencia ante el Congreso el jueves pasado prácticamente liquida las dudas respecto a si el Congreso llevará a efecto tal recorte en los meses venideros. Sin embargo, el presidente Bush debería evitar la tentación de malinterpretar las palabras de Greenspan en el sentido de que son un apoyo a su propuesta extremista de recortes fiscales, 1,6 billones de dólares a lo largo de diez años. Quizá sean inevitables los recortes fiscales, pero su alcance sigue estando sujeto a debate. En efecto, a este respecto Greenspan expresó algunas reservas que es preciso tener en cuenta. (...) Greenspan advirtió de que cualquier plan a largo plazo de recortes fiscales debería reconocer y adecuarse a las incertidumbres de las proyecciones basadas en el superávit presupuestario.

El Congreso, pues, debería actuar en consecuencia, pero con precaución. Los líderes demócratas ya han indicado que apoyarían ciertos recortes, y el presidente Bush haría bien en colaborar con ellos para llegar a un compromiso que pueda recibir un amplio respaldo de los dos partidos. Ése es el rumbo fiscalmente prudente y, desde el punto de vista político, supondría un buen arranque para su presidencia. Si, por el contrario, el presidente opta por malinterpretar las palabras de Greenspan como una licencia para sostener a toda costa una propuesta que incluso los congresistas republicanos tardaron en aceptar, habrá desaprovechado una oportunidad inestimable.

Nueva York, 26 de enero