La reunión entre Renfe y ATM termina sin acuerdo

La subida de las tarifas de Cercanías de Renfe en Barcelona duplican las del resto de España. En total, para la primera corona de Cercanías, la subida fue del 7,7%, mientras que en otras ciudades españolas nunca superó el 4%. En Madrid, el incremento se quedó en el 3,1%; en Valencia, alcanzó el 3,5%, el mismo porcentaje que en Asturias. En Sevilla, el incremento medio de los billetes de Cercanías de la primera zona se quedó en el 3,3% y en Bilbao alcanzó el 3,6%, porcentajes todos ellos muy lejanos al 7,7% de Barcelona, aunque el aumento del conjunto de tarifas de las seis zonas de Renfe es del 6,84%.

Un portavoz de Renfe explicó que las tarifas guardan relación directa con el kilometraje y que, aunque en términos absolutos Barcelona pueda parecer más cara, si se tienen en cuenta las distancias no es así, ya que algunas ciudades, como Bilbao, tienen un precio por kilómetro superior.

Este argumento satisface poco a los usuarios catalanes, y menos a las autoridades relacionadas con el transporte, que no sólo critican que los precios de Renfe en Barcelona sean más elevados, sino que achacan a la compañía, e indirectamente al Gobierno central, que las estaciones de Cercanías no se hayan integrado en el nuevo sistema tarifario, que permite cambiar de medio de transporte en un trayecto pagando únicamente por la distancia que se desea cubrir, y no en función del número de vehículos que el pasajero necesita utilizar para el recorrido.Ayer, precisamente, representantes de Renfe se reunieron con la Autoridad del Transporte Metropolitano para tratar la integración de la empresa en el nuevo sistema tarifario. No hubo acuerdo. La reunión tendrá una segunda parte. Y el motivo de la repetición no fue la satisfacción de los asistentes sino la falta de acuerdo. El encuentro tenía como objetivo lograr que Renfe se incorpore al nuevo sistema tarifario (la tarifa integrada). Renfe aduce que la nueva tarifa supone una caída de sus ingresos, mientras que el resto de operadores alegan que eso también les pasa a ellos y que las administraciones que les respaldan (Generalitat y ayuntamientos) han asumido esas pérdidas en aras de lo que el nuevo sistema representa de ventaja para el usuario y también para el sistema de transportes metropolitanos.

Ayer mismo, el primer teniente de alcalde de Barcelona y vicepresidente de la ATM, Xavier Casas, recordaba públicamente a Renfe que la integración tarifaria supone para el conjunto de las administraciones catalanas una aportación de 4.000 millones de pesetas anuales, que éstas asumen para mejorar el sistema, y pidió al Gobierno central que sea sensible a la mejora que el nuevo sistema de tarifas representa.En opinión de Casas, la integración tarifaria de Renfe le supondrá un mayor número de viajeros sin tener más gastos.

Las administraciones catalanas no sólo expresan su malestar respecto a Renfe por sus reticencias a la integración tarifaria; también le reprochan que las tarifas de Cercanías de Barcelona sean las más altas de España y, más aún, las que han experimentado una subida mayor este mismo mes de enero.

El billete sencillo de Barcelona cuesta 160 pesetas, mientras que el de Madrid, Sevilla y Bilbao permanece en las 145 pesetas, y el de Valencia y el de Asturias cuesta aún menos: 140 pesetas.

También los Bonotrén (abono de 10 viajes) son más caros en Barcelona, donde cuestan 875 pesetas, frente a las 850 de Asturias o las 745 pesetas de Madrid.