La reorganización de la Policía Local de Sevilla pondrá a patrullar en la calle a unos 600 agentes de barrio

La Policía Local de Sevilla estrenará el próximo 1 de febrero un nuevo organigrama con el que pretende adaptar sus funciones a la división administrativa municipal, descentralizar sus servicios y potenciar la policía de barrio, que patrulla la calle. El concejal delegado de Seguridad Ciudadana, José Gallardo, hizo ayer públicos en el Ayuntamiento los planes de su Delegación.

Los nueve distritos policiales en que ahora está dividida la ciudad, y que no coinciden con las seis divisiones administrativas municipales, quedarán agrupados en tres grandes áreas, cada una al mando de un subinspector, segundos tras el inspector jefe en el escalafón del cuerpo.

Cada área geográfica asumirá, además, la gestión de alguno de los grandes servicios de Seguridad Ciudadana, hasta ahora centralizados. Así, el área Centro-Macarena se encargará también de los servicios administrativos y de la unidad de tráfico; la zona Nervión-San Pablo-Este gestionará la Inspección de Guardia y la unidad de Medio Ambiente, encargada de vigilar la venta ambulante; y el área Los Remedios-Triana-Sur cargará con la responsabilidad sobre la intervención nocturna y la escuela.

El resultado final de esta reorganización será el incremento del número de agentes destinados a patrullar la calle, uno de los medios principales con los que la delegación de Seguridad Ciudadana pretende acercar al ciudadano los servicios de la Policía Local. De los más de 900 empleados del cuerpo, unos 600 trabajarán en la calle desde el mes que viene.

El incremento de la presencia de patrulleros en la calle se conseguirá gracias a los 69 graduados en la escuela de policía local el año pasado, los 27 agentes que han sido rescatados de labores administrativas y la división de la unidad de actuación inmediata, hasta ahora en la Cartuja, entre las diferentes sedes. Las ofertas de empleo público de 2000 y 2001 prevén, además, la creación de 275 nuevas plazas en el cuerpo.

Gallardo reconoció que para que este nuevo sistema de organización funcione hace falta, además de la dotación en personal, una importante inversión en material y edificios. Los presupuestos de 2000 han facilitado que la flota policial crezca con 60 coches y 40 motocicletas. Y los de 2001 prevén una inversión importante en armamento, equipos radio transmisores, y un nuevo sistema de repetidores que sustituya al actual, que provoca interferencias en las comunicaciones internas de los agentes. Queda pendiente la construcción de sedes propias en cada distrito para lo que, según Gallardo, ya hay localizados solares pero los proyectos aún están en estudio.

Gallardo reconoció que las inversiones y mejoras no son suficientes y que intentarán cumplir sus objetivos con los presupuestos de 2002 y 2003.