Un mes para disparar
Navarra autoriza por tercer año consecutivo la caza de hasta 3.000 palomas en contrapasa
Sin apenas controversia pública, Navarra se apresta a vivir, por tercer año consecutivo, la temporada de caza de la paloma en contrapasa (cuando las aves regresan a Europa desde tierras del sur tras el invierno), una modalidad cinegética respaldada desde 1998 por la legislación foral, cuya aprobación provocó enorme controversia con asociaciones ecologistas y conservacionistas. El Consejo Navarro de Medio Ambiente informó favorablemente en su reunión del 14 de enero la normativa reguladora para este año de la caza de la paloma torcaz en contrapasa que había sido elaborada por el departamento foral de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda.
La temporada comenzará el próximo 11 de febrero y finalizará el 11 de marzo, sin que exista limitación de días hábiles dentro de dicho periodo. La caza de la paloma torcaz, única especie susceptible de aprovechamiento cinegético durante este periodo invernal, se realizará exclusivamente en 555 puestos de paso tradicional autorizados. La paloma podrá cazarse únicamente con escopeta desde dichos puestos autorizados, que no deben afectar negativamente al resto de la fauna silvestre.
Cada puesto deberá ser utilizado por dos cazadores como máximo. Se establece un cupo de capturas de cuatro ejemplares por tirador y día, y un número máximo de 3.000 palomas para el total de la temporada de contrapasa. En caso de que se alcance el cupo global de capturas antes del 11 de marzo, la campaña terminará en ese mismo momento. Sin embargo, desde que fue autorizada nuevamente esta modalidad cinegética no se ha llegado a superar nunca esa cifra. En 1999, se cazaron apenas 712 ejemplares, mientras que el pasado año la cifra subió a 1.507 animales.
La normativa establece que los puestos disponibles se destinarán exclusivamente a los tiradores pertenecientes a las asociaciones locales de cazadores adjudicatarias del aprovechamiento cinegético de los cotos públicos y para titulares de cotos privados que tengan cedido su aprovechamiento desde antes de 1999.
Para poder participar en la temporada, las sociedades de cazadores deben contratar a una persona, como mínimo, a jornada completa durante el periodo hábil, que será acreditada por el Departamento de Medio Ambiente. Cada puesto debe disponer además de un diario en el que se registren todos los detalles de la caza. La persona contratada debe recoger los datos diarios de la caza y enviarlos al citado departamento. La normativa añade la obligatoriedad de disponer de unos precintos o tarjetas que permitan controlar las capturas y se anuncian muestreos aleatorios del guarderío foral.
El Gobierno recuerda que las infracciones serán sancionadas y que, de acuerdo con los resultados del seguimiento de capturas y en función de las circunstancias de cada año sobre la fauna silvestre reproductora, Medio Ambiente podrá suprimir la actividad cinegética en los puestos y época en que lo estime necesario.
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