Shanghai, el techo de Oriente, inspira el último libro de fotografía de Schommer

'Schommer actúa como un espía que nos entrega los secretos de una ciudad', escribe el poeta José Hierro en el prólogo del libro. Editado por la Fundación Euskatel, Shanghai, el futuro también incluye un artículo del filósofo Javier Echeverría sobre esta ciudad babélica. 'Shangai', escribe Echeverría, 'es una ciudad de altos vuelos, pero también de supervivencia. El visitante no llega a saber qué es lo que más le sorprende, si la imponente magnificencia de los rascacielos o el profundo enraizamiento del pueblo chino a flor de tierra'.

Gran parte del material escogido por Alberto Schommer (Vitoria, 1928) para su nuevo libro se exhibirá a partir del próximo 9 de febrero en la sala del antiguo Seminario de Vitoria. Una exposición que coincidirá con la antológica del fotógrafo vasco que en estos momentos recorre el mundo. Una muestra que reúne más de cien fotografías de pequeño y gran formato y que ha pasado ya por Moscú, Burdeos, Bratislava, Praga y Tel Aviv, donde todavía permanece.

'Trabajo como un realizador de cine', afirma el fotógrafo. 'Primero creo una idea y luego la desarrollo como si fuera un guión cinematográfico. Quería hablar del futuro y Shanghai me parecía el lugar adecuado'. Schommer recuerda que visitó la ciudad en 1978 y se encontró con un lugar muy distinto al actual. La ciudad se había multiplicado. El fotógrafo ha captado la efervescencia urbanística -el año pasado se inauguró el edificio más alto de China, de 420 metros, y este año se inaugurará el más alto del mundo, de 460 metros-, pero también ha buscado los contrastes de esta megalópolis oriental. Así, la imagen de rascacielos y autopistas convive con los rostros de aldeanos o con los paisajes de arrozales. 'No hace falta ni media hora de coche para encontrarse con un paisaje radicalmente diferente al del centro de la ciudad', explica Schommer. En otra imagen, un hombre viaja en un ciclomotor con un cargamento de cincuenta patos atados unos a otros. 'También me interesa el humor', dice el fotógrafo.

Las fotos realistas se mezclan con composiciones irreales. Una vieja bicicleta descansa contra un muro raído. El blanco y negro de la película convierte la fotografía en cuadro expresionista. 'El blanco y negro da un sentido de la profundidad enorme', dice el fotógrafo. 'Los grises se convierten en color'. Schommer asegura que se mantiene fiel al blanco y negro. 'Y cada vez más', añade.

La más fotogénica

Roma, Nueva York, Venecia, Bilbao, Madrid. Schommer ha publicado libros sobre todas estas ciudades. 'De todas, Nueva York me sigue pareciendo la más fotogénica del mundo'. 'En cada una he buscado un tema, y ese tema me llevaba a una ciudad determinada'. Lo eterno ha llevado a Schommer a Egipto. El futuro, a Shanghai y, en un próximo proyecto, el hombre le llevará 'a la India'.

'No soy documentalista ni reportero', añade el fotógrafo. 'No busco los conflictos. Busco imágenes para luego, con todas sobre mi mesa, contar una historia'. Schommer asegura que apenas repite los disparos de su cámara, que recuerda cada fotografía, el lugar y el momento. Para un libro de 123 fotografías tomó unas 1.000. 'Tiro muy poco material. Cuando veo una imagen me basta con un disparo, no lo repito'.