La comisión que investiga la Intifada abandona Israel tras denunciar el boicoteo que ha sufrido
Los técnicos de la Comisión Mitchell, encargados de investigar las causas de la Intifada y dictaminar una salida a la crisis, se vuelven a casa. El grupo de diplomáticos, que durante 20 días han estado sobre el terreno, ha decidido suspender temporalmente sus trabajos tras haber recibido al unísono las críticas de israelíes y palestinos. La salida de los especialistas supone una nueva zancadilla al proceso de paz en Oriente Próximo.
Un grupo compuesto por una decena de diplomáticos internacionales -dos por cada uno de los cinco miembros responsables de la comisión- llegó discretamente a Jerusalén el pasado 3 de enero con la misión de investigar, con sigilo y sin publicidad, las causas y el alcance de la revuelta palestina. Su objetivo era elaborar un informe y una propuesta de pacificación que debe ser entregada antes del fin del mes de marzo al presidente de Estados Unidos.
Los trabajos de los miembros de esta comisión se han topado con la incomprensión constante de israelíes y palestinos. Mientras los primeros les acusaban de excederse en sus atribuciones y de ir más allá de lo pactado, los segundos les imputaban docilidad frente a las exigencias de Israel y les reclamaban una actitud más agresiva y comprometida, según han asegurado círculos diplomáticos occidentales.
Estas críticas se han traducido sobre el terreno en una falta de información y transparencia, que han llevado a los israelíes a negarse a muchos de los contactos y entrevistas solicitadas y que, por otra parte, han provocado una reacción similar en algunas organizaciones de derechos humanos palestinas, verdaderos bancos de datos y agencias de información de lo que sucede en la Intifada, según se insiste en los círculos diplomáticos consultados.
La falta de sintonía entre el equipo de técnicos de la Comisión Mitchell y las autoridades israelíes estalló con toda virulencia hace aproximadamente una semana, cuando los observadores decidieron acudir a la Explanada de las Mezquitas, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, para entrevistarse con el muftí (jefe de la jerarquía eclesiástica musulmana), el jeque Ekrima Sabri, sin contar con la protección de la policía de Israel, tal y como se les había sugerido desde el Gobierno del primer ministro Ehud Barak.
El incidente determinó una semana después la decisión de Israel de suspender su colaboración con los encuestadores, lo que les fue comunicado oficialmente el pasado domingo. Horas más tarde, la delegación empezaba a hacer sus maletas.
'En realidad todo esto son excusas. Los trabajos de la comisión han quedado bloqueados por dos acontecimientos electorales: las elecciones a primer ministro en Israel y la victoria de George Bush en Estados Unidos.
Mientras no se celebren las elecciones en Israel y la nueva Administración norteamericana no se ponga en marcha, parece difícil 'continuar' el proceso, aseguran fuentes diplomáticas europeas en Oriente Próximo, mientras se aprestan a despedir a sus compañeros.
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