Ramón Barce ingresa hoy en la Academia de Bellas Artes
Esta tarde leerá su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el compositor Ramón Barce, que ocupará la vacante de Joaquín Rodrigo. El nuevo académico fue presentado por sus congeneracionales Antón García Abril, Tomás Marco y Manuel de Carra. Tras la lectura del discurso sobre el tema Naturaleza, símbolo y sonido y la contestación del académico Antonio Gallego, cierra el acto un breve concierto en el que Barce ofrece en estreno absoluto, una nueva Sonata.
Nacido en Madrid en 1928, Barce suma a su vocación y dedicación musical el ejercicio de una vida intelectual muy intensa que, en cierta medida, determina el talante de su creación musical. Trabajador infatigable, curioso permanente, no hay cuestión humanística, estética, artística o social que escape a su atención. Su espíritu de serena liberalidad le permitió, como a otros autores de sus años, una convivencia pacífica e incluso entrañable con los representantes de tendencias que los de los años cincuenta querían romper o dar a la historia.
'La circunstancia de que yo ocupe ahora la vacante de Joaquín Rodrigo', dice Barce en su discurso, 'me parece un hecho que se inserta sin violencia en el sucederse, sumarse y transformarse de las estéticas y las generaciones, que no sólo producen obras testimoniales de una época y de una individualidad, sino que, además, sirven a la marcha irreprimible de la historia musical...'.
Ya conocidas algunas publicaciones de Barce -libros, ensayos, escritos críticos, investigaciones o especulaciones literarias-, es lógico que sus primeras palabras como académico evidencian saberes hondos y belleza de estilo, incluso en un tema, tan problemático y permanente como el de Naturaleza, símbolo y sonido, para acercarse con afán iluminatorio a una larga serie de determinantes, reales o supuestos, que pudieron suponerse condicionantes del hecho musical como 'modelos' o 'símbolos' pese a las abstracciones, relaciones y transformaciones que constituyen la trama de la obra musical en su intrínseca objetividad.
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