_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Cosecha del 68

El actual ministro alemán de Asuntos Exteriores, el respetado y popular Joschka Fischer, de 52 años, fue en su juventud un revolucionario, un okupa, que se pegó con la policía en 'autodefensa', según su propia descripción. Pero añade que siempre se opuso a la violencia y al terrorismo. Junto a Daniel Cohn-Bendit consiguió alejar de esa tentación a gran parte de aquel movimiento espontáneo. La biografía de Fischer, hoy en las filas de Los Verdes, se confunde con la de Alemania, un país psicológicamente atormentado por el pasado nazi y entonces también por su propia división. Es la historia de la generación del 68, la del mayo francés y la de las violentas protestas un año antes en Alemania. La chispa que ha actualizado este pasado ha sido la comparecencia de Fischer en el juicio de un antiguo amigo suyo, Hans-Joachim Klein, acusado de participar, junto al famoso terrorista venezolano Carlos, en el secuestro de ministros de la OPEP en Viena en 1975. En la sala del juzgado de Francfort, Fischer saludó a su ex compañero. Le honra.

Tal es la presión a la que se ha visto sometido Fischer en los medios, en el tribunal y posteriormente en el Parlamento, que a veces se olvida que había acudido al juicio en calidad de testigo y ha parecido que el acusado era él, que ha negado tajantemente haber transportado o almacenado armas o lanzado cócteles mólotov. La derecha se ha lanzado a una campaña oportunista de acoso y derribo dirigida no sólo contra el ministro de Exteriores, sino también contra otros de su generación como el propio canciller Gerhard Schröder, radical cuando presidía las Juventudes Socialdemócratas, o el ministro del Interior, que defendió en su día como abogado a un notorio miembro de la banda Baader-Meinhof. Es la hija de Ulrike Meinhof la que ha desenterrado unas fotos de Fischer pegando a un policía en 1973.

Salvo espectaculares nuevas revelaciones, no es probable que los democristianos logren empañar la imagen de los actuales gobernantes por su pasado radical, pues los alemanes respaldan abrumadoramente a Fischer, pese a su pasado o tal vez justamente por su evolución. En el fondo, los alemanes asisten entretenidos a esta película. Lo que indica que Alemania ha cambiado, para bien, en profundidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_