Los salvadoreños luchan entre los escombros para rescatar a los supervivientes del terremoto
La capital de El Salvador se ha convertido en un lodazal de muerte y destrucción. Tres días después del terremoto que afectó el sábado a toda Centroamérica, los equipos de rescate seguían ayer trabajando contrarreloj para salvar la vida a las miles de personas sepultadas bajo el barro. La cifra provisional de muertos en el seísmo alcanza ya el medio millar. El Gobierno salvadoreño ha encargado 3.000 féretros a Colombia. Los daños se evalúan en más de mil millones de dólares (175.000 millones de pesetas). España se ha sumado a la ayuda a El Salvador con el envío de 93 personas, entre bomberos, médicos y socorristas, además de material sanitario.
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