Las cosas en su sitio

La presidenta del Partido Popular, Teófila Martínez, espera con ahínco que esta semana algunas preocupaciones que atenazan la acción de gobierno de los populares, como puede ser la crisis de las vacas locas, sean puestas en su sitio por parte del jefe del Ejecutivo central, José María Aznar. Al parecer, su intervención es la única posible para sacar del atolladero a los populares, que observan con inusitado pavor cómo no consiguen hacerse un espacio holgado en el debate político andaluz.

Sólo los líos en torno a las cajas de ahorros dieron aire a un PP que, sin embargo, ahora trata de aguantar el chaparrón como puede. Pagan aquí los platos rotos de los errores que cometen, precisamente, los ministros andaluces, Miguel Arias Cañete, santo de escasa devoción de Martínez, y Celia Villalobos... Los dos se sitúan en el centro del desastre, hasta el punto de que dificultan notablemente los planes diseñados en su día para vender en Andalucía la gestión del Gobierno central. Con la que está cayendo encima de sus cabezas, lo mejor es quedarse quietos. Atrás quedan las felices imágenes de ambas mandatarias bailando alegremente o aquellos homenajes campestres con que agasajaban a la anterior ministra de Agricultura y Pesca, Loyola de Palacio. Las cosas han cambiado tanto que lo mejor será diseñar una estrategia propia para los populares andaluces, que pasa por algo poco novedoso como es la reivindicación de un pacto local con el que garantizar una mejor financiación de los ayuntamientos.

Así las cosas, y a expensas de lo que pueda hacer Aznar estos días con los ministros andaluces causantes del desaguisado en el que se encuentra inmerso el Gobierno central, la alcaldesa gaditana sí tiene en cambio en sus manos la posibilidad de cambiar otras cosas, como resulta ser el escándalo sobre los gastos de protocolo del delegado estatal de la Zona Franca de Cádiz, Manuel Rodríguez de Castro. Lejos de marcar distancias, hace suya la defensa de este cargo público, una posición que no es entendida del todo por otros dirigentes de su propio partido, perplejos como están por las evoluciones de un individuo que a finales del año pasado estuvo a punto de avanzar en su carrera política con un puesto que le obligaba a trasladarse a Sevilla, cosa que al final no llegó a suceder. No se descarta que en estas jornadas se den a conocer nuevos datos que hagan más comprometedora aún si cabe su posición al frente del recinto fiscal gaditano, a pesar del apoyo que hoy va a recibir de su comisión ejecutiva, integrada por hombres afines a él y que en su mayor parte representan a instituciones controladas por el PP.

Pero al margen de esta cuestión, que sigue entreteniendo en demasía a la jefa de la oposición con temas estrictamente locales, la cita de la semana está fijada el sábado con la manifestación en Algeciras para pedir la marcha de Gibraltar del submarino Tireless. A la convocatoria acudirá el presidente de la Junta, Manuel Chaves, quien puede incluso que cuente con el acompañamiento del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.

A pesar de que los socialistas advierten que no es una movilización dirigida contra el Gobierno de Aznar, está claro que se responsabiliza directamente a su Ejecutivo de la estancia del sumergible averiado en el Peñón, por lo que es evidente que los gritos contra él predominarán a lo largo de una manifestación en la que está por ver de qué forma va a estar presente el PP, tras rechazar la envenenada propuesta de Chaves dirigida a la propia Teófila Martínez para que estuviera con él en la cabecera de esta marcha.

Es digna de tener en consideración, además, la vía de entendimiento que han abierto los socialistas con el primer ministro de Gibraltar, Peter Caruana, en lo que podría ser el primer paso para un acuerdo global de su Gobierno con la Junta de Andalucía. Es de esperar que la Administración andaluza ponga cuanto antes en conocimiento del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, lo que traman. En justa correspondencia, la Administración andaluza debería tener acceso a los detalles del acuerdo hispano-norteamericano que va a posibilitar la modernización y potenciación de las bases de Morón y, sobre todo, de Rota.