Las víctimas inocentes del uranio empobrecido
En agosto de 1996 publiqué un artículo sobre los miles de niños y niñas de Irak que están padeciendo los efectos del envenenamiento causado por los proyectiles de uranio empobrecido arrojados sobre todo el país y que continúan su efecto devastador sobre la población civil. La persona que se atrevió a denunciar estos hechos ante el Parlamento Europeo, el doctor Siegwart-Hörst Günther, pediatra alemán que trabajó durante y después de la guerra del Golfo en Bagdad, es autor de un libro prologado por dos eurodiputados: Proyectiles de uranio: soldados gravemente mutilados, recién nacidos deformes, niños moribundos. Se trata de la espeluznante historia del desarrollo de los proyectiles de uranio y cómo el padre del actual presidente de Estados Unidos decidió sembrar más de 40 toneladas de este material infernal en la frontera entre Kuwait e Irak, de los cuales sólo el 10% han sido recuperados. Durante la guerra de Kosovo, aviones de Estados Unidos y Reino Unido seguían bombardeando zonas de Irak so pretexto de acabar con el potencial bélico de Sadam Husein, aunque se ignora si utilizaron uranio empobrecido. En el artículo que publiqué en una revista española cuento que en 1996 se realizaron varios informes en Yugoslavia en los que se decía que más de mil niños y niñas padecían una serie de síntomas difíciles de relacionar con las enfermedades conocidas: dolores de cabeza, musculares y articulares, molestias abdominales, mareos, trastornos respiratorios y un largo etcétera. Muy parecidos a los que presentan los veteranos norteamericanos y la población civil iraquí.
Por eso no eran pocos los que sospechaban que durante las últimas semanas de la guerra de Bosnia los aviones de combate lanzaron en pleno corazón de Europa proyectiles con uranio empobrecido. Ahora empieza a llegar la confirmación oficial de su uso para 1iberar a los albanokosovares del asedio de Milosevic y su Ejército. ¿A qué precio? ¿Se repetirá la agonía de la población iraquí, aunque ahora más cerca? Es importante recordar a las víctimas del terrorismo y guardar esos minutos de silencio que impiden que pasen al olvido. No menos importante es que tengamos presentes a los bebés y niños que mueren, sin los cuidados médicos más elementales, como consecuencia de un arma que está demostrando ser no la solución a los conflictos, sino una salida a los desechos de las centrales nucleares.-das de este material infernal en la frontera entre Kuwait e Irak, de los cuales sólo el 10% han sido recuperados. Durante la guerra de Kosovo, aviones de Estados Unidos y Reino Unido seguían bombardeando zonas de Irak so pretexto de acabar con el potencial bélico de Sadam Husein, aunque se ignora si utilizaron uranio empobrecido. En el artículo que publiqué en una revista española cuento que en 1996 se realizaron varios informes en Yugoslavia en los que se decía que más de mil niños y niñas padecían una serie de síntomas difíciles de relacionar con las enfermedades conocidas: dolores de cabeza, musculares y articulares, molestias abdominales, mareos, trastornos respiratorios y un largo etcétera. Muy parecidos a los que presentan los veteranos norteamericanos y la población civil iraquí.
Por eso no eran pocos los que sospechaban que durante las últimas semanas de la guerra de Bosnia los aviones de combate lanzaron en pleno corazón de Europa proyectiles con uranio empobrecido. Ahora empieza a llegar la confirmación oficial de su uso para 1iberar a los albanokosovares del asedio de Milosevic y su Ejército. ¿A qué precio? ¿Se repetirá la agonía de la población iraquí, aunque ahora más cerca? Es importante recordar a las víctimas del terrorismo y guardar esos minutos de silencio que impiden que pasen al olvido. No menos importante es que tengamos presentes a los bebés y niños que mueren, sin los cuidados médicos más elementales, como consecuencia de un arma que está demostrando ser no la solución a los conflictos, sino una salida a los desechos de las centrales nucleares.-das de este material infernal en la frontera entre Kuwait e Irak, de los cuales sólo el 10% han sido recuperados. Durante la guerra de Kosovo, aviones de Estados Unidos y Reino Unido seguían bombardeando zonas de Irak so pretexto de acabar con el potencial bélico de Sadam Husein, aunque se ignora si utilizaron uranio empobrecido. En el artículo que publiqué en una revista española cuento que en 1996 se realizaron varios informes en Yugoslavia en los que se decía que más de mil niños y niñas padecían una serie de síntomas difíciles de relacionar con las enfermedades conocidas: dolores de cabeza, musculares y articulares, molestias abdominales, mareos, trastornos respiratorios y un largo etcétera. Muy parecidos a los que presentan los veteranos norteamericanos y la población civil iraquí.
Por eso no eran pocos los que sospechaban que durante las últimas semanas de la guerra de Bosnia los aviones de combate lanzaron en pleno corazón de Europa proyectiles con uranio empobrecido. Ahora empieza a llegar la confirmación oficial de su uso para 1iberar a los albanokosovares del asedio de Milosevic y su Ejército. ¿A qué precio? ¿Se repetirá la agonía de la población iraquí, aunque ahora más cerca? Es importante recordar a las víctimas del terrorismo y guardar esos minutos de silencio que impiden que pasen al olvido. No menos importante es que tengamos presentes a los bebés y niños que mueren, sin los cuidados médicos más elementales, como consecuencia de un arma que está demostrando ser no la solución a los conflictos, sino una salida a los desechos de las centrales nucleares.-
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