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EL 'SÍNDROME DE LOS BALCANES'

El Ejército alemán detectó en 1999 cinco lugares contaminados en su sector de Kosovo

Pilar Bonet

En vísperas de la reunión de la OTAN que analizará hoy el asunto en Bruselas, Schröder hizo saber que es partidario de 'poner todos los hechos sobre la mesa' para averiguar si existen relaciones causales entre las enfermedades de algunos soldados y la munición con uranio. 'Tengo un sano escepticismo contra el uso de una munición que puede perjudicar a los propios soldados', dijo el canciller. A través de un portavoz, el líder alemán tomó posición ante las críticas de la oposición y el malestar en las filas de los dos partidos de la coalición gubernamental por la falta de transparencia sobre los riesgos a los que pudieron ser sometidos los soldados destacados en Kosovo (y antes en Bosnia) y la población civil como secuela de una guerra calificada en su día de 'humanitaria'.

El ministro de Defensa, Rudolf Scharping, ha prometido exámenes médicos gratuitos sobre el posible efecto de la munición radiactiva a todos los soldados alemanes enviados a los Balcanes que lo deseen. Scharping, que defendió con vehemencia la intervención de la OTAN en Kosovo, es criticado por su lentitud en reaccionar ante las informaciones que vinculan el uso del uranio con problemas de salud. El ministro, que se expresó por primera vez sobre el tema el domingo, ha dejado que sus subordinados lidiaran durante una semana con el síndrome de los Balcanes.

En julio de 1999, la OTAN advirtió a los países con tropas en Kosovo de los posibles peligros de la munición a base de uranio empobrecido, según confirmó el Ministerio de Defensa. La OTAN había avisado de los riesgos de 'posible peligro tóxico' y había aconsejado 'tomar medidas preventivas', según un documento interno, citado por el diario Berliner Morgenpost, firmado en julio de 1999 por el secretario de Estado del Ministerio de Defensa, Peter Wichert. El ministerio se limitó a informar oralmente a los soldados de los riesgos y a recomendarles que no consumieran alimentos locales.

Un total de 110 soldados alemanes que intervinieron en Kosovo fueron identificados como grupo de riesgo y sometidos a exámenes médicos regulares en un centro de investigación independiente del Ejército con sede en Múnich, según confirmó ayer un portavoz del Ministerio de Defensa. Según el portavoz, un informe fechado en 2000 no reveló ninguna influencia del uso de munición radiactiva sobre el estado de salud de los soldados.

Lugares sospechosos

En la zona que ocupa el contingente alemán en Kosovo se detectaron 15 lugares sospechosos de estar contaminados por el uso de munición radiactiva en 1999, según dijo el portavoz a esta corresponsal. Cinco de estos emplazamientos (dos descampados y tres tanques serbios destruidos) estaban efectivamente contaminados, señaló el portavoz, según el cual el nivel de contaminación 'se normalizó' en el curso del año 2000. Los lugares fueron marcados con 'señales de advertencia' para impedir el acceso a ellos, dijo el portavoz. Éste no confirmó, sin embargo, que fueran inaccesibles.

Pese al caso de leucemia que afectó a un soldado alemán que sirvió en Mostar (Bosnia), Scharping sigue sin considerar necesario realizar un examen médico a los 50.000 compatriotas que han pasado por los Balcanes en los distintos contingentes internacionales. Fuentes del SPD vinculadas con temas de seguridad veían las cosas de otro modo y opinaban ayer que el ministro debe aclarar cuántos blancos fueron alcanzados con munición radiactiva y cuántos soldados han sido expuestos. El Gobierno alemán debe adoptar una posición clara sobre las responsabilidades por los efectos sobre la población civil y el medio ambiente en los Balcanes si no quiere poner en peligro por diferido la credibilidad de la intervención de la OTAN, señalaron las fuentes.

[Un militar francés que estuvo en Bosnia y Kosovo fue hospitalizado la semana pasada con una leucemia 'de evolución muy rápida', según fuentes médicas citadas por Efe. El caso se suma a los cuatro anunciados oficialmente la semana pasada por el Ministerio de Defensa francés].

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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