La vivienda es uno de los sitios con más riesgo toxicológico

La propia vivienda es uno de los lugares en los que existe más riesgo de intoxicación, según un informe realizado por la Asociación Española de Toxicología en colaboración con 12 hospitales de diferentes ciudades españolas durante 1999. El caso ocurrido ayer en Alcorcón viene a demostrarlo una vez más. Y por eso la Comunidad de Madrid aprobó hace unos días una orden que obliga a que las instalaciones de gas sean revisadas con más frecuencia (cada dos años).
Muerte dulce. Así califican los médicos forenses el fallecimiento por inhalación de monóxido de carbono. La víctima sufre una especie de borrachera que le impide mover cualquier extremidad y reaccionar a estímulos exteriores. El ahogamiento viene producido por un bloqueo en la oxigenación sanguínea. Es un gas que se fija en la molécula hemoglobina, encargada de llevar el oxígeno a las células, según el jefe del servicio de Medicina Interna del hospital Doce de Octubre, Juan Carlos Montejo.
Esta hipoxia (falta de oxígeno) hace fallecer al paciente en segundos o minutos, según la concentración del monóxido. 'Poco a poco van disminuyendo las funciones corporales. La gente no se da cuenta, pero le va entrando un cansancio y un adormecimiento acompañados de mareos', explica Montejo.
El gas produce una alteración en el sistema nervioso central, que lleva a un aletargamiento progresivo hasta que se entra en estado de coma. La siguiente fase es la muerte por parada cardiorrespiratoria. 'Como este gas es inodoro, la víctima no tiene ninguna sensación extraña ni irritante en las vías respiratorias. No hay ningún síntoma, como estornudos o picores de garganta, que le ponga sobre aviso', añade el jefe del servicio de Medicina Interna. El método para curar una intoxicación por monóxido consiste en retirar al paciente de la fuente de monóxido de carbono y aplicarle oxígeno para que la hemoglobina vuelva a transportarlo a las células.
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