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la semana
Columna
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5 CLAVES

Lluís Bassets

El rito de paso no incluye treguas: 'vacas locas', síndrome de los Balcanes, accidentes en el Pirineo y en Lorca, y todo menos la paz en Oriente PróximoEl rito de paso no incluye treguas: 'vacas locas', síndrome de los Balcanes, accidentes en el Pirineo y en Lorca, y todo menos la paz en Oriente Próximo

1. Rito de paso

Éste ha sido un rito de paso sin treguas. Con un tiempo de perros en el hemisferio septentrional, el más poblado y donde más arraigo tiene el calendario cristiano. Así ha empezado el año, el siglo y el milenio. Con tempestades de nieve en los montes, inundaciones en los valles y galernas en las costas, cuyas víctimas mortales se han sumado al balance terrible en vidas humanas que se cobra el automóvil en las fechas festivas. Los valses han sonado como cada año desde Viena, esta vez de la mano sin batuta de Nikolaus Harnoncourt, ante una audiencia televisiva en constante expansión. A principios del siglo pasado, Karl Kraus observaba en esta música la alegría feroz de una danza de la muerte. El ritmo de las palmas del público de la Musikverein en la Marcha de Radetzky, junto a las postales iluminadas de muchedumbres en fiesta ante los monumentos del planeta, la bendición papal, y los saltos de esquí de Garmisch Partenkirchen, componen el rito extendido a todo el globo del momento culminante del calendario. Pero sólo el cambio de año ha contado con un consenso universal, mientras que el cambio de siglo y de milenio ha suscitado divisiones y una doble celebración. A los ritos usuales los medios de comunicación han añadido por segunda vez unos balances y perspectivas de siglo y de milenio como los que suscitó el paso de 1999 a 2000. Más una novedad: la película de Kubrick 2001, un odisea del espacio ha sido el símbolo de esta pascua, y su música más característica, el fragmento más célebre de Así hablaba Zaratustra de Richard Strauss, la melodía del nuevo siglo que celebra la vigencia del filósofo Friedrich Nietzsche. Fallecido hace 100 años, llega así el eco de su eterno retorno a la nueva era ahora inaugurada.

2. De vacaciones

El año ha arrancado en España sin un solo respiro, aunque el gobierno se lo haya tomado hasta el viernes, día en el que empezaron a desperezarse algunos ministros, asustados por la acumulación de frentes conflictivos abiertos durante las vacaciones. En primer lugar, la epidemia de las vacas locas, cuya existencia en España fue desmentida rotundamente en momentos de ofuscación inicial, ha ido desgranando día a día descubrimientos alarmantes. Como el que hicieron los vecinos de Mesía, cerca de Santiago de Compostela, del vertido ilegal por parte del propio gobierno gallego de 500 vacas sacrificadas. O el de más ejemplares infectados por el prión en Lugo y en Asturias. En segundo lugar, otra enfermedad de origen incierto, de momento acogida a la denominación de síndrome de los Balcanes, ha suscitado preocupación entre los gobiernos europeos -a excepción del español- que han pedido explicaciones a la OTAN sobre los efectos de la munición fabricada con uranio empobrecido. Un puñado de soldados de varios países que han participado en operaciones militares en Bosnia y en Kosovo han fallecido o sufren de leucemia. Y en tercer y el más destacado lugar de toda la semana, la muerte en Lorca de doce jornaleros ecuatorianos arrollados por un tren en un paso a nivel sin barrera cuando se dirigían hacinados en una camioneta a trabajar a destajo en una explotación agraria. Éste es un accidente que suscita muchas preguntas, sobre los pasos a nivel sin guarda y sin barrera, sobre las inspecciones laborales a las explotaciones agrarias que emplean mano de obra no regularizada, sobre la tolerancia de la administración con las empresas subcontrastistas que trafican con inmigrantes sin papeles, sobre los criterios restrictivos de regularización de los inmigrantes y sobre la propia reforma de la ley de Extranjería, que ha dejado sin derechos sindicales a unos trabajadores que los necesitan precisamente para evitar los abusos y la explotación. No es extraño que, ante tanto percance y tanta pregunta, el portavoz de la oposición, Jesús Caldera, haya reclamado explicaciones urgentes de cinco ministros y se haya preguntado por su paradero.

3. El euro, por fin

Vacas locas, síndrome de los Balcanes e inmigración sin papeles son problemas muy característicos del siglo XXI recién estrenado que superan las fronteras españolas. A la desidia de la administración propia se añade el déficit político europeo, que actúa como una losa en todos los conflictos con vertiente transfronteriza, que es como decir, en todos los conflictos actuales. La Unión Europea inaugura con el año la primera presidencia semestral de Suecia, un país que ingresó en el club en 1995 y cuya moneda no forma parte del euro. El gobierno sueco de Goran Persson ha marcado como prioridades la ampliación, el medio ambiente y el empleo. Bélgica, que se hará cargo de la presidencia en el segundo semestre del año, deberá responsabilizarse también durante todo el año de la presidencia del Eurogrupo, el consejo de países del euro, en el último tramo antes de su implantación como única moneda de curso legal en los doce países -incluida Grecia desde este pasado 1 de enero- cuyas monedas nacionales desaparecerán a partir del 1 de enero de 2002. Tras un año de debilidad frente al dólar, el euro ha empezado a remontar con fuerza, y según los expertos no tardará en recuperar la paridad con el dólar. Del éxito de este tránsito al euro depende que en un futuro la UE adquiera el capacidad política que ahora no tiene ni quiere.

4. Relevo presidencial

El auténtico tránsito de este principio de siglo se está produciendo en Washington, donde hay relevo presidencial dentro de dos semanas y cambio de ciclo económico a la vista, con el único e importante matiz sobre si será un aterrizaje suave o se llegará a la recesión. En cuanto al relevo político, el presidente saliente intenta dejar marcas y trampas en el camino del que entra. Y el que entra, a pesar de la debilidad de su victoria, forzar la aplicación de su programa y el pago de sus facturas políticas antes de que se le funda su actual mayoría legislativa en las próximas elecciones para la Cámara de representantes. Clinton ha dado su visto bueno al Tribunal Penal Internacional, ha firmado un decreto protegiendo una tercera parte de los bosques norteamericanos y ha hecho una última apuesta por la paz el Oriente Próximo. Además de reafirmar su liderazgo en los últimos días de su presidencia, deja un legado para no dar facilidades a su sucesor. Bush, por su parte, ha exhibido ya el sesgo ultraconservador que tendrá su administración. El florón del equipo fantástico es el futuro fiscal general, John Ashcroft, partidario de la pena de muerte, del uso privado de armas de fuego, y de la oración en las escuelas, y enemigo jurado del aborto y de la protección social a cargo del erario público. Respecto al cambio de ciclo, la súbita e inesperada intervención de la Reserva Federal, el miércoles día 3, cuando el año hacía sus primeros pasos perezosos, ha vuelto a animar las bolsas y a recordar tanto al futuro presidente como a los abúlicos europeos que el banco central norteamericano tiene como vocación seguir siendo tan decisivo en el nuevo siglo como lo ha sido durante la última década de crecimiento del siglo transcurrido.

5. Plan de paz

La parte más importante del testamento de Clinton es su último plan de paz para Oriente Próximo, cuya aceptación quiere conseguir antes de entregar las llaves de la Casa Blanca. Todo conspira contra un acuerdo entre palestinos e israelíes antes de las elecciones para primer ministro del 6 de febrero: una nueva ola de atentados, la caída de la popularidad de Ehud Barak, las insinuaciones israelíes de que los servicios secretos podrían llegar a atentar contra el propio Arafat... Clinton ha indicado que bregará hasta el mismo día 20 para intentar el acuerdo y que, en caso contrario, dejará su plan de paz como referencia para el momento en que sea posible regresar a la mesa de negociación. Así de fuerte, sin treguas ni vacaciones, empieza el nuevo ciclo anual y milenario. Y con muchas más noticias conspícuas: Pinochet, que rechaza la legalidad de su país después de haber rechazado la internacional; las dos Chinas, que organizan el primer viaje oficial entre Taiwan y el continente desde hace 50 años; o Pekín, donde la policía detiene a 700 miembros de la secta Falung Gong. La globalización judicial y la potencia asiática serán dos de los grandes protagonistas de este nuevo ciclo.1. Rito de paso

Éste ha sido un rito de paso sin treguas. Con un tiempo de perros en el hemisferio septentrional, el más poblado y donde más arraigo tiene el calendario cristiano. Así ha empezado el año, el siglo y el milenio. Con tempestades de nieve en los montes, inundaciones en los valles y galernas en las costas, cuyas víctimas mortales se han sumado al balance terrible en vidas humanas que se cobra el automóvil en las fechas festivas. Los valses han sonado como cada año desde Viena, esta vez de la mano sin batuta de Nikolaus Harnoncourt, ante una audiencia televisiva en constante expansión. A principios del siglo pasado, Karl Kraus observaba en esta música la alegría feroz de una danza de la muerte. El ritmo de las palmas del público de la Musikverein en la Marcha de Radetzky, junto a las postales iluminadas de muchedumbres en fiesta ante los monumentos del planeta, la bendición papal, y los saltos de esquí de Garmisch Partenkirchen, componen el rito extendido a todo el globo del momento culminante del calendario. Pero sólo el cambio de año ha contado con un consenso universal, mientras que el cambio de siglo y de milenio ha suscitado divisiones y una doble celebración. A los ritos usuales los medios de comunicación han añadido por segunda vez unos balances y perspectivas de siglo y de milenio como los que suscitó el paso de 1999 a 2000. Más una novedad: la película de Kubrick 2001, un odisea del espacio ha sido el símbolo de esta pascua, y su música más característica, el fragmento más célebre de Así hablaba Zaratustra de Richard Strauss, la melodía del nuevo siglo que celebra la vigencia del filósofo Friedrich Nietzsche. Fallecido hace 100 años, llega así el eco de su eterno retorno a la nueva era ahora inaugurada.

2. De vacaciones

El año ha arrancado en España sin un solo respiro, aunque el gobierno se lo haya tomado hasta el viernes, día en el que empezaron a desperezarse algunos ministros, asustados por la acumulación de frentes conflictivos abiertos durante las vacaciones. En primer lugar, la epidemia de las vacas locas, cuya existencia en España fue desmentida rotundamente en momentos de ofuscación inicial, ha ido desgranando día a día descubrimientos alarmantes. Como el que hicieron los vecinos de Mesía, cerca de Santiago de Compostela, del vertido ilegal por parte del propio gobierno gallego de 500 vacas sacrificadas. O el de más ejemplares infectados por el prión en Lugo y en Asturias. En segundo lugar, otra enfermedad de origen incierto, de momento acogida a la denominación de síndrome de los Balcanes, ha suscitado preocupación entre los gobiernos europeos -a excepción del español- que han pedido explicaciones a la OTAN sobre los efectos de la munición fabricada con uranio empobrecido. Un puñado de soldados de varios países que han participado en operaciones militares en Bosnia y en Kosovo han fallecido o sufren de leucemia. Y en tercer y el más destacado lugar de toda la semana, la muerte en Lorca de doce jornaleros ecuatorianos arrollados por un tren en un paso a nivel sin barrera cuando se dirigían hacinados en una camioneta a trabajar a destajo en una explotación agraria. Éste es un accidente que suscita muchas preguntas, sobre los pasos a nivel sin guarda y sin barrera, sobre las inspecciones laborales a las explotaciones agrarias que emplean mano de obra no regularizada, sobre la tolerancia de la administración con las empresas subcontrastistas que trafican con inmigrantes sin papeles, sobre los criterios restrictivos de regularización de los inmigrantes y sobre la propia reforma de la ley de Extranjería, que ha dejado sin derechos sindicales a unos trabajadores que los necesitan precisamente para evitar los abusos y la explotación. No es extraño que, ante tanto percance y tanta pregunta, el portavoz de la oposición, Jesús Caldera, haya reclamado explicaciones urgentes de cinco ministros y se haya preguntado por su paradero.

3. El euro, por fin

Vacas locas, síndrome de los Balcanes e inmigración sin papeles son problemas muy característicos del siglo XXI recién estrenado que superan las fronteras españolas. A la desidia de la administración propia se añade el déficit político europeo, que actúa como una losa en todos los conflictos con vertiente transfronteriza, que es como decir, en todos los conflictos actuales. La Unión Europea inaugura con el año la primera presidencia semestral de Suecia, un país que ingresó en el club en 1995 y cuya moneda no forma parte del euro. El gobierno sueco de Goran Persson ha marcado como prioridades la ampliación, el medio ambiente y el empleo. Bélgica, que se hará cargo de la presidencia en el segundo semestre del año, deberá responsabilizarse también durante todo el año de la presidencia del Eurogrupo, el consejo de países del euro, en el último tramo antes de su implantación como única moneda de curso legal en los doce países -incluida Grecia desde este pasado 1 de enero- cuyas monedas nacionales desaparecerán a partir del 1 de enero de 2002. Tras un año de debilidad frente al dólar, el euro ha empezado a remontar con fuerza, y según los expertos no tardará en recuperar la paridad con el dólar. Del éxito de este tránsito al euro depende que en un futuro la UE adquiera el capacidad política que ahora no tiene ni quiere.

4. Relevo presidencial

El auténtico tránsito de este principio de siglo se está produciendo en Washington, donde hay relevo presidencial dentro de dos semanas y cambio de ciclo económico a la vista, con el único e importante matiz sobre si será un aterrizaje suave o se llegará a la recesión. En cuanto al relevo político, el presidente saliente intenta dejar marcas y trampas en el camino del que entra. Y el que entra, a pesar de la debilidad de su victoria, forzar la aplicación de su programa y el pago de sus facturas políticas antes de que se le funda su actual mayoría legislativa en las próximas elecciones para la Cámara de representantes. Clinton ha dado su visto bueno al Tribunal Penal Internacional, ha firmado un decreto protegiendo una tercera parte de los bosques norteamericanos y ha hecho una última apuesta por la paz el Oriente Próximo. Además de reafirmar su liderazgo en los últimos días de su presidencia, deja un legado para no dar facilidades a su sucesor. Bush, por su parte, ha exhibido ya el sesgo ultraconservador que tendrá su administración. El florón del equipo fantástico es el futuro fiscal general, John Ashcroft, partidario de la pena de muerte, del uso privado de armas de fuego, y de la oración en las escuelas, y enemigo jurado del aborto y de la protección social a cargo del erario público. Respecto al cambio de ciclo, la súbita e inesperada intervención de la Reserva Federal, el miércoles día 3, cuando el año hacía sus primeros pasos perezosos, ha vuelto a animar las bolsas y a recordar tanto al futuro presidente como a los abúlicos europeos que el banco central norteamericano tiene como vocación seguir siendo tan decisivo en el nuevo siglo como lo ha sido durante la última década de crecimiento del siglo transcurrido.

5. Plan de paz

La parte más importante del testamento de Clinton es su último plan de paz para Oriente Próximo, cuya aceptación quiere conseguir antes de entregar las llaves de la Casa Blanca. Todo conspira contra un acuerdo entre palestinos e israelíes antes de las elecciones para primer ministro del 6 de febrero: una nueva ola de atentados, la caída de la popularidad de Ehud Barak, las insinuaciones israelíes de que los servicios secretos podrían llegar a atentar contra el propio Arafat... Clinton ha indicado que bregará hasta el mismo día 20 para intentar el acuerdo y que, en caso contrario, dejará su plan de paz como referencia para el momento en que sea posible regresar a la mesa de negociación. Así de fuerte, sin treguas ni vacaciones, empieza el nuevo ciclo anual y milenario. Y con muchas más noticias conspícuas: Pinochet, que rechaza la legalidad de su país después de haber rechazado la internacional; las dos Chinas, que organizan el primer viaje oficial entre Taiwan y el continente desde hace 50 años; o Pekín, donde la policía detiene a 700 miembros de la secta Falung Gong. La globalización judicial y la potencia asiática serán dos de los grandes protagonistas de este nuevo ciclo.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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